...................................Foto: Etienne Barbazan
Entre la fauna que predominaba en la Península Ibérica durante el paleolítico estaba el uro, que se habría asentado ahí como consecuencia de una expansión natural o de migraciones, también naturales, por razones climáticas.
Fue posteriormente, en el neolítico, cuando el uro comenzó a ser domesticado y, a partir de entonces, las nuevas razas de vacuno que iban surgiendo de ese proceso acompañaban al hombre en sus movimientos migratorios, colonizadores y comerciales. Así, otro tipo de uro apareció por el norte de la península con la cultura celta; varios siglos después, las culturas del norte de África introducirían una nueva variante por el sur; y, lógicamente, debemos pensar que se tuvieron que producir cruces naturales o inducidos entre estos nuevos prototipos de uros y los ancestrales que se encontraban en las zonas en las que aquellos fueron introducidos.
Las barreras que suponen los grandes accidentes geográficos limitaron aquellos primitivos movimientos migratorios, tanto del hombre como de los animales que lo acompañaban y, por supuesto, de las especies autóctonas, lo que coadyuvó para que se fueron formando en la Península Ibérica diferentes concentraciones de ganado vacuno que, dado el cierto grado de aislamiento al que estaban sometidas, presentaban unas características morfológicas distintas entre sí por su variado origen y, además, por el diverso clima, entorno y pastos de la concreta región en la que cada una de esas concentraciones quedó asentada durante miles de años.
Por ello, se puede hablar de tres grandes raíces del toro de lidia:
Entre la fauna que predominaba en la Península Ibérica durante el paleolítico estaba el uro, que se habría asentado ahí como consecuencia de una expansión natural o de migraciones, también naturales, por razones climáticas.
Fue posteriormente, en el neolítico, cuando el uro comenzó a ser domesticado y, a partir de entonces, las nuevas razas de vacuno que iban surgiendo de ese proceso acompañaban al hombre en sus movimientos migratorios, colonizadores y comerciales. Así, otro tipo de uro apareció por el norte de la península con la cultura celta; varios siglos después, las culturas del norte de África introducirían una nueva variante por el sur; y, lógicamente, debemos pensar que se tuvieron que producir cruces naturales o inducidos entre estos nuevos prototipos de uros y los ancestrales que se encontraban en las zonas en las que aquellos fueron introducidos.
Las barreras que suponen los grandes accidentes geográficos limitaron aquellos primitivos movimientos migratorios, tanto del hombre como de los animales que lo acompañaban y, por supuesto, de las especies autóctonas, lo que coadyuvó para que se fueron formando en la Península Ibérica diferentes concentraciones de ganado vacuno que, dado el cierto grado de aislamiento al que estaban sometidas, presentaban unas características morfológicas distintas entre sí por su variado origen y, además, por el diverso clima, entorno y pastos de la concreta región en la que cada una de esas concentraciones quedó asentada durante miles de años.
Por ello, se puede hablar de tres grandes raíces del toro de lidia:
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A) Una raíz navarra, que se correspondería con el ganado asentado en la cuenca fluvial del Ebro y que podría tener una procedencia derivada de uros autóctonos de la zona con posibles cruces de otros uros salvajes que llegaron hasta allí desde zonas más septentrionales y las reses que introdujo el hombre por el norte de la península.
B) Una raíz andaluza, que se correspondería con el ganado asentado en la cuenca fluvial del Guadalquivir y que podría proceder del introducido por el hombre desde el norte de África con posibles cruces con uros autóctonos de la zona.
C) Una raíz castellana, que se correspondería con el ganado asentado en las dos mesetas centrales de la península, con una rama ubicada en la cuenca fluvial del Duero y otra distinta que ocupaba las de los ríos Tajo y Guadiana, con una posible procedencia derivada en ambos casos de uros autóctonos, aunque siempre cabe la posibilidad de hablar de contactos con reses introducidas por el hombre en zonas aledañas.
Los propietarios de ganado mantuvieron sus vacadas sin realizar una selección orientada de forma específica a los primitivos juegos de toros.
Hablando en términos generales, se podría decir que fue con el inicio del toreo a pie, en la primera mitad del siglo XVIII, cuando algunos ganaderos contemplaron la posibilidad de realizar selecciones y programar la reproducción de sus vacadas con la finalidad de criar unos ejemplares que reuniesen una serie de características para poder destinarlos a la lidia. Entre esas características, que han ido cambiando o evolucionando con el devenir del tiempo, ha habido una que se mantenido como eje: la bravura.
Fue así como surgió el toro de lidia. Y esas primeras vacadas dedicadas a su crianza han sido denominadas castas fundacionales, ya que posteriormente resultaron ser las matrices de la totalidad de la cabaña brava.
Los tratadistas no se ponen de acuerdo respecto a su número, pero siguiendo un criterio bastante generalizado vamos a fijar las siguientes castas fundacionales del toro de lidia:
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B) Una raíz andaluza, que se correspondería con el ganado asentado en la cuenca fluvial del Guadalquivir y que podría proceder del introducido por el hombre desde el norte de África con posibles cruces con uros autóctonos de la zona.
C) Una raíz castellana, que se correspondería con el ganado asentado en las dos mesetas centrales de la península, con una rama ubicada en la cuenca fluvial del Duero y otra distinta que ocupaba las de los ríos Tajo y Guadiana, con una posible procedencia derivada en ambos casos de uros autóctonos, aunque siempre cabe la posibilidad de hablar de contactos con reses introducidas por el hombre en zonas aledañas.
Los propietarios de ganado mantuvieron sus vacadas sin realizar una selección orientada de forma específica a los primitivos juegos de toros.
Hablando en términos generales, se podría decir que fue con el inicio del toreo a pie, en la primera mitad del siglo XVIII, cuando algunos ganaderos contemplaron la posibilidad de realizar selecciones y programar la reproducción de sus vacadas con la finalidad de criar unos ejemplares que reuniesen una serie de características para poder destinarlos a la lidia. Entre esas características, que han ido cambiando o evolucionando con el devenir del tiempo, ha habido una que se mantenido como eje: la bravura.
Fue así como surgió el toro de lidia. Y esas primeras vacadas dedicadas a su crianza han sido denominadas castas fundacionales, ya que posteriormente resultaron ser las matrices de la totalidad de la cabaña brava.
Los tratadistas no se ponen de acuerdo respecto a su número, pero siguiendo un criterio bastante generalizado vamos a fijar las siguientes castas fundacionales del toro de lidia:
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1.- Casta Navarra. Aunque parece ser que hubo ganaderos desde siglos anteriores, fue a finales del XVII cuando don Joaquín Antonio de Beaumont de Navarra y Ezcurra Mejía, Marqués de Santacara, tras recoger y seleccionar el ganado salvaje existente en los términos próximos a las Bárdenas Reales, se erigió en el primer ganadero de relevancia de reses de raíz navarra con destino a la lidia y, a posteriori, en el tronco del que arrancaron las más prestigiosas ganaderías de reses de esta procedencia.
El ganado de casta Navarra era, muy mayoritariamente, de capa colorada, pequeño tamaño y con astas acarameladas, veletas y de escasa longitud.
2.- Casta Morucha Castellana. Dada su antigüedad, las reses que se criaban en El Raso de Portillo, en el término de La Pedraja de Portillo (Valladolid), tenían el privilegio de romper plaza en los festejos reales. Unos tratadistas dicen que era ganado autóctono de Castilla, mientras que otros argumentan razonamientos para defender la existencia de cruces con reses de casta Navarra. Aún cuando en un principio se criaron en régimen de comunidad de bienes, a nivel individual se nombra a don Alonso Sanz como el primer ganadero que, hacia mediados del s. XVIII, crió reses de este origen.
Eran toros de hechuras grandes, cornalones y, generalmente, de pelaje negro.
3.- Casta Jijona y Toros de la Tierra. Aprovechando las posibilidades que le ofrecía su cargo de intendente de la vacada del Real Patrimonio, don Juan Sánchez Jijón Salcedo fundó a principios del siglo XVII una ganadería en Villarrubia de los Ojos, seleccionando toros de los que pastaban en tierras de Madrid, Toledo, Ciudad Real y Albacete.
Uno de los criterios que siguió el fundador fue elegir toros de pelaje colorado encendido. Por otro lado, eran reses de cornamenta muy desarrollada y de gran alzada, corpulencia y peso.
Los denominados como “Toros de la Tierra” tienen realmente el mismo origen que los de casta Jijona, aunque se podría establecer como mínima diferenciación que, en su génesis, hay más presencia de reses procedentes de la cuenca del Jarama y del área de Colmenar Viejo; por otro lado, sus capas eran más variadas, incluso predominaba el pelaje negro, y eran toros muy recios de patas, quizás derivado de la dureza del terreno donde pastaban.
El primer ganadero de Toros de la Tierra fue el colmenareño José Rodríguez García, a mediados del siglo XVII.
4.- Casta Cabrera-Gallardo. Hay opiniones encontradas entre los tratadistas respecto a si el ganado de origen Gallardo debe considerarse como una de las castas fundacionales o si, por el contrario, debe quedar incluido dentro del grupo de casta Cabrera. Ante la discrepancia, he optado por hacer una denominación conjunta.
Fue hacia mediados del siglo XVIII cuando don Luis Antonio Cabrera fundó en Utrera una ganadería con reses de las que se ignora su procedencia, aunque históricamente se viene manteniendo que era ganado de alguna comunidad andaluza de religiosos que, a su vez, traía origen del cobro de los diezmos.
Los toros de Cabrera eran largos, de gran alzada, corpulencia y peso, pero de aspecto agalgado, con defensas desarrolladas y pelajes muy variados.
Con reses del mismo tronco frailero, aunque cruzadas con otras de casta Navarra, partió en el siglo XVIII el sacerdote de Rota Marcelino Bernaldo de Quirós para crear una vacada que posteriormente adquirió don Francisco Gallardo. Este ganadero de El Puerto de Santa María, tras eliminar lo de procedencia navarra y llevar a cabo una rigurosa selección, fue quien fijó los caracteres de estas reses: corpulentas, de gran trapío, muy dotadas de cuerna y con gran variedad de capas; muy en consonancia con los de casta Cabrera.
5.- Casta Vistahermosa. En la segunda mitad del siglo XVIII fundó su ganadería don Pedro Luis de Ulloa, el primer Conde de Vistahermosa, al comprar la vacada de los hermanos Rivas, de Dos Hermanas (Sevilla), que estaba compuesta de reses de origen desconocido.
Los pelajes primordiales de los toros de esta ganadería eran negros, cárdenos y colorados; por otro lado, presentaban unas cornamentas proporcionadas y eran finos de hechuras, aunque algo terciados.
6.- Casta Vázquez. Con toros de procedencia desconocida, don Gregorio Vázquez fundó una ganadería en Utrera (Sevilla) a mediados del s. XVIII. Años después agregó reses de casta Cabrera, que proporcionaron a la ganadería mayor corpulencia y peso; pero sería su hijo, Vicente José Vázquez, quien daría el elemento definitorio decisivo a la vacada: consiguió reses del Conde de Vistahermosa que, al cruzarlas, aportaron una mayor dosis de bravura.
Eran toros cortos de patas, anchos, muy bien armados y, por la diversidad de sangres, salían con capas variadísimas.
La suerte que han corrido estas castas fundacionales es muy dispar. Hay práctica unanimidad en dar por extinguidas las castas Morucha, Jijona y de Toros de la Tierra. Respecto a la casta Navarra, si bien se mantienen ganaderías con reses de este origen, actualmente se descartan para los festejos de lidia ordinaria. De la casta Cabrera sólo resta como representante en la actualidad la ganadería de Miura; y Partido de Resina de la casta Gallardo. De Vázquez se citan como supervivientes a Concha y Sierra, Prieto de la Cal y la ganadería portuguesa de Fernando Pereira Palha, aunque algunos especialistas les niegan la pureza a todas ellas. Finalmente, la historia más fecunda la proporciona la casta Vistahermosa, pues de ella proceden la práctica totalidad de las ganaderías bravas actuales; incluso se han ido formado estirpes de ella, “encastes”, que presentan diferencias morfológicas entre sí.
Precisamente, la encuesta que dejaré abierta en el lateral durante las dos próximas semanas versa sobre la cuestión apuntada en el párrafo anterior. Y digo apuntada porque en próximos textos se tratará de analizar la historia y evolución de cada una de las castas fundacionales del toro de lidia.
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(NOTA: Los dos gráficos que os ofrezco son de autoría propia. Dados mis escasos conocimientos de informática, son demasiado simples y toscos, por lo que pido disculpas por ello; no obstante espero que sirvan al lector para, al menos, hacerse idea de la información que he tratado de ofrecer. En cambio, la fotografía que encabeza esta entrada es de Etienne Barbazan y está colgada en la web "toroslidia.com". Con esta bitácora no tengo fines lucrativos y ruego se me permita mantener dicha reproducción; no obstante será eliminada si así me lo solicita el propietario de los derechos de autor)
16 comentarios:
La casta jijona no esta extinguida...vuelve a casa por Navidad.
Señor Lagun tengo una pregunta para usted:La ganaderia de Vitorino Martin no es un encaste puro también,a ver si me puede solucionar la duda.Un saludo(Roberto)
Roberto: yo no soy un experto en la materia, pero voy a tratar de solventar tu duda.
Hemos hablado de RAÍCES del toro de lidia, que son las distintas concentraciones o agrupaciones de ganado salvaje que se fueron formaron en la Península desde tiempos remotos; y hemos hablado de CASTAS FUNDACIONALES, que serían las primeras vacadas que, partiendo de aquellas raíces, realizaron selecciones de ganado dirigidas específicamente a criar toros para la lidia, resultando ser posteriormente la fuente de donde partirían todas las ganaderías posteriores.
De todas esas castas, solamente en el caso de la de Vistahermosa se ha producido el hecho de que se ramificase en varias ramas o estirpes que son denominadas ENCASTES (tema que no he tratado aquí; aunque se hará).
Te hago esta introducción, Roberto, para que no haya confusión entre casta fundacional y encaste, dada tu pregunta.
Uno de estos encastes procedentes de Vistahermosa recibe el nombre de Albaserrada y, precisamente, la ganadería de Victorino Martín tiene oficialmente encaste Albaserrada.
Por otro lado, se habla de un encaste “puro” cuando, durante cierta cantidad (¿...?) de años, no se ha realizado ningún cruce con ganado que tenga una procedencia distinta a la propia y, como no hay constancia de que Victorino Martín haya realizado cruce alguno en su ganadería, oficialmente se puede decir que su ganadería tiene un encaste puro Albaserrada (procedente, repito, de la casta fundacional Vistahermosa).
Espero haber resuelto tu duda, Roberto.
No obstante, ahora voy a liar la cosa un poco: cosa distinta es que ya hay quien dice que Victorino Martín habría creado un encaste “propio” que habría llamar Victorino Martín (valga la redundancia); y otra cuestión, muy de detalle, es escuchar decir al ganadero de Galapagar que sus toros son “saltillos” y no “albaserradas” (tal y como está fijado oficialmente).
Hablando de Victorino ¿qué le parece el cruce que está realizando entre dos de sus tres hierros, el de la M y el de la A coronada? Segun él es un refresco de la sangre de Barcial que él tiene en su hierro de la M, y los resultados morfológicos son estos: http://www.eltoro.org/imagenes/actividades/victorino/foto7.jpg
¿tienen estos hierros sangre común como para refrescar la sangre de Vega-Villar?
Y ahora hablando de las castas fundacionales, me gustaría conocer su opinión acerca de la casta navarra ¿usted la considera estinguida? ¿cree que queda alguna ganadería que albergue un 100% de esta mítica sangre?
Quizá me he ido del tema, pero me gustaría conocer su opinión con respecto a mis dos cuestiones.
Un saludo.
Dos cuestiones previas:
A) Al publicar el comentario de Garrapo, blogger se ha dejado en el camino la mitad del enlace que nos facilitaba, por lo que no se puede acceder a él.
B) Y, como le decía a Roberto, le voy a dar a usted mi opinión de simple aficionado porque yo no soy un experto en la materia.
Respecto al experimento que parece ser que está llevando a cabo (o que llevó a cabo) Victorino Martín con las reses que adquirió de Barcial, yo pienso que se encuentra en el límite entre un cruce y un intento por refrescar sangre. Se podría decir que tienen un nexo: el encaste Vega-Villar surgió de un cruce entre vacas de Veragua y un semental adquirido al Conde de Santa Coloma cinco años después de que éste formase su ganadería; y fue precisamente el Conde de Santa Coloma el artífice originario del encaste Albaserrada, pero no hay que olvidar que el señor Marqués de Albaserrada se hizo con su ganadería en 1912 y el Sr. Vega comenzó su experimento dos años antes, en 1910. Y, es más: de aquello a esto ha pasado casi un siglo. No obstante, vaya a usted a saber si en la completa genealogía de lo de Barcial no hubo por el camino algún aporte santacolomeño extra (que así, de golpe, pues lo ignoro).
Y entre paréntesis hablaba en pasado sobre el experimento porque creo recordar que el hijo de Victorino Martín declaró en una conferencia que no había tenido éxito. Pero ni lo puedo asegurar, ni quien sabe nadie los tejemanejes que puede llevar a cabo cualquier ganadero en su casa.
Respecto a la casta Navarra, me remito a mi última frase del párrafo anterior.
Vaya, siento que no se haya incluido el link para que se viese el cruce Victorino - Monteviejo, les doy los pasos a seguir para aquel que desee ver el toro resultante:
1. Entrar en la pagina www.eltoro.org.
2. Pinchar en ACTIVIDADES
3. En el apartado que hay a la izquierda llamado EXCURSIONES, pinchen en la ventanita que lleva el texto PULSE Y SELECCIONE EXCURSION
4. Seleccionen VICTORINO y ahi, en la tercer imagen que aparece se ve la morfología del toro resultante de ese cruce, un toro bajito de agujas, hondo, menos espectacular de pitones de lo que suele salir en Vega-Villar y con el hocico algo mas afilado, desaparece en este ejemplar el tipico pelo berrendo para pasar al entrepelado. Como dice en el texto, este resultante era herrado con la M de Monteviejo.
Desconozco si ha llegado a lidiar algo de esta sangre, continua con este experimento o todo ha ido al matadero.
Y en cuanto a la sangre navarra, pues mi opinión es que apenas queda algo por ahí, aunque algunos ganaderos se aprovechan para anunciar su ganado como Casta Navarra en festejos populares y aprovechar así el tiron de la fama que tuvo esta casta, por que si nos fijamos en la morfología del toro de esa casta, prácticamente no se da en lo que ahora se anuncia como tal.
Les animo a usar algun buscador de imágenes y podran ver las diferencias morfológicas en el ganado que se anuncia como de pura casta navarra y si se contrastan con alguna foto de principios del siglo pasado en el que se puedan ver toros de esa mítica casta, se apreciaran las muchas diferencias, eso si, hay muchisimas vacas con ese pelo colorado encendido, ese morro ancho, los ojos saltones, pero tambien vemos dentro de las mismas camadas vacas que difieren totalmente de esas hechuras, por no hablar de los sementales, asi que los ganaderos tienen de todo, ejemplares que se acercan a la sangre navarra y ejemplares que se alejan.
Un saludo.
Bufff....
Son muchas las cosas que me vienen a la cabeza con esta entrada.
De momento, Lagun, yo mantendría cono casta fundacional la de los Toros de la Tierra de forma independiente... pero quizá es una cuestión de "corazón".
Por otro lado, y para evitar confusiones, creo que hay que aclarar que es muy distinto hablar de "Castas" fundacionales o de "Hierros" fundacionales.
Personalmente mantendría 7 castas fundacionales, pero si nos fijamos, de las 7 (o 6 como considera usted), hay 4 que son ganaderías y que corresponderían a los "hierros fundacionales". A saber: Cabrera, Jijona, Vazquez y Vistahermosa, aunque mi opinión es que incluso se podrían reducir a dos: Jijon y Vistahermosa, ya que Vazquez tiene algo originario de Cabrera y Vistahermosa y Cabrera tiene algo de Vistahermosa que desemboca en lo que es Miura. En fin... un lio.
Bueno, que a lo que iba es que quizá se hable generalmente de Castas Fundacionales, pero habría que diferenciarlo de Hierros Fundacionales y quizá debería hablarse más de diferencias en la Especie que ahi es donde más claro se ve las diferencias entre la especie navarra, la castellana y la andaluza, previas todas ellas y según mi manera de ver, a las castas, "hechas" en base a esos caracteres genotipicos que van aportando las diferentes zonas de ganaderías o hierros fundacionales.
No sé si me explico....
Bueno, por otro lado, esto de las castas originarias nos dá igual que opinemos o no, porque está regulado en un Real Decreto (60/2001) y es lo que hay....
Por otro lado, es necesario distinguir entre la casta como genotipo y lo que luego "se construye" que da como resultado el caracter fenotípico... pero eso creo que es otro tema....
Pa acabar.... en Francia existe una ganadería que mantiene casta navarra principalmente (puro no existe nada de ninguna casta fundacional). No recuerdo el nombre pero mañana os lo confirmo
Hala pues. Pa no aburrir cuando cojan ustedes aire despues de la chapa que os he metido, me meteré con lo de Victorino.
Juan Nuñes "Sentimientos"
Juan Nuñez "Sentimiento"
Ya sabe usted, Sr. Sentimientos, que yo no soy investigador ni tratadista, por lo que me limito a realizar una labor de búsqueda, lectura y recopilación de datos, para preparar después estos textos que, aunque a algunos lectores les puedan parecer largos, son realmente breves y no dan para más que enunciados generales. Y sabe usted que, generalmente, los Toros de la Tierra se les suele encuadrar junto a los de casta Jijona.
No obstante, ya le anuncio que, cuando vayamos desgranando las distintas castas de una en una, los Toros de la Tierra tendrá su entrada propia e individualizada.
Respecto a si deberíamos hablar de "castas" o "hierros" fundacionales, la inmensa mayoría de los tratadistas hablan de castas fundacionales; y, como le decía antes, ese es el término que utilizado. Aún a sabiendas de que en algunos casos se trata de ganaderías concretas y en otros abarca un concepto más general. Precisamente por eso es por lo que previamente introduje el apartado de "raíces" del toro de lidia y lo más seguro es que cuando trate de cada una de las castas comience hablando de su respectiva raiz. Especialmente me hace ilusión prepararme el tema de los "toros fraileros".
Y de fenotipos y genotipos..., como que lo dejamos para otro momento.
Los unicos expertos en esto son las vacas (y no todas), pero primero, en absoluto pretendo restar valor a su entrada en el cuaderno. Le aseguro que yo tampoco soy ni investigador ni tratadista.
Y segundo, tanto la encuesta que usted sugiere como el comentario de Victorino que entra a contestar y en el debate, está intimamente unido con el tema genotipo-fenotipo, pero ya entraremos...
Por otro lado no me negará que es cierto que existen multiples acepciones de esto, y lo único que planteo es exponer la mia, mi forma de entender todo este follón, que no es por castas fundacionales sino por orígenes, y que muchas veces se confunden castas con hierros, y que nos dá igual lo que opinemos porque esto está regulado por ley y es a lo que se acojen los ganaderos, y que abrir este tema trae muchisimos otros que precisamente desembocan en la encuesta sugerida. Y que... y que...
No busque críticas a su labor en mis comentarios que no las hay. Tó lo contrario hombre de Dios
Un abrazo
Juan Nuñez "Sentimientos"
No he buscado críticas. Respetando su opinión, sólo he expuesto la razón del enfoque que le di al artículo.
Un saludo, "Sentimientos".
El comentario de chirrina sobre que la casta jijona no está extinguida ... vuelve a casa por Navidad, debería ser contestado porque ridiculiza la materia objeto del debate.
Combina la idea del turrón de una zona concreta productora de este dulce típico, con el eslogan publicitario de una marca de este dulce, para burlarse de la idea de que la percepción que tenemos sobre castas, encastes, ganaderos es difusa, ambigua y sobre todo interesada.
Durante demasiado tiempo ha interesado esta percepción de ir quitando variedadades. Es como lo del chiste: "Dígame los 5 continentes de mundo. Respuesta: Los cuatro continentes del mundo son tres, Europa y Asia".
En demasiadas ocasiones cuando se habla de determinados ganaderos, castas o encastes, se dice que se han extinguido totalmente.
Son muy pocos los autores que hacen un riguroso seguimiento desde la raíz del tronco hasta nuestros días.
Aquellos que lo han hecho y llegan hasta hoy, encuentran en al menos 3 ganaderías sangre originaria de los toros jijones de Villarrubia de los Ojos.
Durante demasiado tiempo, para determinados ganaderos reconocer que aún tenían sangre jijona, era anticomercial y pensaban que producía repulsa hacia su ganado.
En la situación actual de las ganaderías, el origen mas antiguo empieza a ser un valor en alza, encontrando ganaderos que están apostando por la conservación de las ramas mas antiguas de sus ganaderías, con independencia de que se dedique a espectáculo o no.
Los toros jijones no son dinosaurios, que si que desaparecieron de la faz de la tierra, ni el mostruo del lagon Ness al que nadie ha visto.
Los toros jijones son descendientes de unos ancestros que también estaban en continua evolución. No creo que exista ninguna variedad de bóvido de lidia actual que sea igual genéticamente a la de sus ancestros de hace 200 años.
¿Por qué hay que considerar extinguida una variedad y otras no?.
Sencillamente ha convenido mantener la apariencia de pureza en determinados ámbitos de influencia.
Los toros de hace 200 años están extinguidos. Eso es cierto. Todo lo que tenemos hoy es un toro evolucionado con cruces determinados, entre los que se encuentran los toros jijones con los mismos porcentajes de pureza que cualquier otro.
Otra cosa es que no estemos acostumbrados a esto.
Es mas difícil aprenderse el nombre de cinco continentes, que el de dos.
La historia de los toros jijones es infinitamente mas rica que la de cualquier otro linaje, pero sus propietarios han tenido menor capacidad de influenciar a los que la han escrito.
En cualquier caso me remito a las investigaciones científicas en las que los rasgos de casta jijona aparecen con la misma intensidad que las de otros encastes.
Puedo entender que se dude por la escasez de conocimientos, pero parece que ridiculizar una cuestión sin argumentos no es demasiado coherente.
Espero que chirrina quiera aprender el resto de los continentes del mundo, y no se conforme con dos. Quizás sea demasiado esfuerzo, pero merece la pena intentarlo.
Aún cuando no se identifica en modo alguno el remitente del anterior comentario, he creido conveniente publicarlo porque me ha parecido interesante el núcleo de la idea que nos ha querido transmitir. Y ello con independencia del último párrafo, que creo que no debe ser tenido en cuenta.
Por otro lado, quiero hacer saber al remitente del anterior comentario que hablé con Chirrina cuando dejó su mensaje y que si lo publiqué fue porque me dijo que se trataba sólamente de una ocurriencia y que no conllevaba ánimo despreciativo hacia la casta Jijona.
En respuesta al amigo anónimo.
Efectivamente, como bien dices, en el temario de las castas fundacionales, incluso diría yo en el mundo del toro en general, solo conozco dos continentes y regular pero gracias al amigo Lagun con sus entradas en el blog y también gracias a los comentarios de los lectores estoy aprendiendo.
Quiero pedir públicamente perdón, primero a anónimo, luego a la casta jijona y luego a todos los que con mi comentario se hayan sentido molestos.
Aun con la cara roja de vergüenza al descubrirse mi ignorancia en el tema, me "alegro" del comentario que deje, siempre sin el animo de ridiculizar a nadie, porque ha valido para que un nuevo lector nos deleitara con sus conocimientos.
Espero que a partir de ahora se te siga leyendo por este blog para que gente como yo podamos ir "conociendo mas continentes".
Ahora, en este comentario, es cuando se me ve el plumero y barro hacia casa, hacia los ganderos de "corro", que son los pocos que aun conservan algo de sangre navarra en sus reses.
La desaparicion en las corridas de toros de la casta navarra, y por ende de su crianza en estado mas o menos puro, solo puede achacarse a una cosa, al miedo. ¿Pero por que tanto miedo a un toro tan pequeño y con tan poca cara? muy facil, por su bravura, codicia, agilidad, dureza e "inteligencia". Esta ultima, la increible velocidad con la que cogian sentido, era la caracteristica mas temida por los matadores que los lidiaron. Ahora no recuerdo quien, ni tan siquiera si era exactamente asi, pero una figura de antaño dejo para el anecdotario taurino una frase que reza algo como "prefiero un zarpazo de un leon de veragua a la picadura de una avispa navarra".
Asi pues, las reses de casta navarra se vieron relegadas a los festejos populares donde si eran, y son, apreciadas sus caracteristicas innatas. El problema viene en el modo de cria, seleccion y cruce de los ganaderos de "corro". Estos rara vez, por no decir nunca, componen sus ganaderias a base de lotes amplios de otras procedencias, sino que compran pequeñas puntas de ganado, incluso reses sueltas, a varios ganderos, fijandose mas en el juego de las reses que en su casta o encaste. Es por esto que la sangre navarra, hoy por hoy, este presente, pero mas o menos diluida entre los animales de la Comunidad Valenciana, Cataluña, Aragon, La Rioja y Navarra.
Cuasca.
¡Hola Cuasca!
La frase a la que haces referencia aparece escrita de varias formas distintas, pero la más común es ésta:
”Le temo más a los picotazos de los mosquitos de Navarra que a los zarpazos de los tigres de Veragua”.
Y, respecto a su autor, como no, se le atribuye a Rafael Guerra, “Guerrita”; como tantas otras.
Respecto al resto de tu comentario, ahí queda dicho.
Un abrazo.
Hola a todo@s amig@s aficionad@s, ya que se ha mencionado por aquí la Casta Jijona me gustaría que se sepa, que hay una Asociación encargada de la recuperación del toro Jijón, que realizan un trabajo y una labor excepcionales.
Gracias por ofrecer estos espacios.
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