En la guerra que, de forma unilateral, tienen declarada algunas cadenas de televisión a los festejos taurinos populares, las fuerzas audiovisuales protagonizaron su último intento de ataque con ocasión del Carnaval del Toro 2010 y, más concretamente, aprovechando la gravísima cogida que el martes sufrió un compañero en el festejo del Toro del Aguardiente.
Una vez que se conoció la noticia, las cadenas de televisión enemigas desplegaron el miércoles sus avanzadillas de combate en busca de comprar con su obsceno dinero imágenes del percance, que es la gran munición que utilizan para confeccionar los reportajes que luego emiten en sus telediarios de mayor audiencia.
Pero, afortunadamente, quienes poseen esas imágenes rehusaron la tentadora cantidad de dinero que se les ofrecía y decidieron no vender sus películas. Ante ese fracaso en la tentativa de obtener su armamento preferido, las cadenas de televisión enemigas optaron por no hacer alusión al hecho en los telediarios de la noche del miércoles, renunciando así a lanzar el nuevo ataque contra los festejos taurinos populares que habían planificado durante toda la jornada.
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Lo anterior bien puede parecer una “adaptación ficticia” del guión de uno de los capítulos de, por ejemplo, La Guerra de las Galaxias. Y adaptación puede ser, pero no es una ficción. Lo relatado es, a grandes rasgos, lo que sucedió el miércoles 17 de febrero tras la cogida que sufrió nuestro compañero el día anterior. Y analizando los pormenores de lo acaecido es cuando se hace mucho más evidente la ruindad de las cadenas de televisión que se vienen significando en la labor de desacreditar a los festejos taurinos populares.
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Aún cuando el Carnaval del Toro está declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional y todos los años concita en Ciudad Rodrigo a decenas de miles de personas, parece ser que ninguna cadena de televisión de cobertura nacional ofreció noticias sobre el desarrollo de los encierros, capeas y desencierros del sábado, domingo y lunes. Sólo alguna de ámbito regional o autonómico emitió resúmenes de los festejos de esos días.
Esa presunta falta de atención hacia una fiesta declarada de “Interés Turístico Nacional” por parte de los cadenas de televisión con cobertura nacional sólo se puede achacar a que sus respectivas cúpulas directivas son contrarias a los festejos taurinos populares; y a que, faltando a un mínimo sentido de la objetividad periodística exigible, esas cúpulas otorgan y deniegan a los hechos la cualidad de noticiables según su exclusivo punto de vista, y sin tener en cuenta algo tan sumamente tangible como es que al encierro a caballo del domingo de Carnaval asistan unas veinticinco mil personas todos los años.
[Me van a perdonar este paréntesis: ¿Alguien puede decirme si a alguno de los 43 desfiles de la pasarela Cibeles Madrid Fashion Week 2010 ha acudido un número de visitantes que se aproxime a esa cifra de veinticinco mil? Porque los telediarios de todas las cadenas realizaron conexiones en directo con el IFEMA y emitieron diariamente resúmenes de cada uno de esos desfiles. Y, no sé ustedes, pero lo que yo veo por las calles de nuestras ciudades no son modelos de Ángel Schlesser ni de Roberto Torretta ni de Ágatha Ruiz de la Prada, por poner tres ejemplos. Claro que: seguro que los directivos y presentadores de las cadenas de televisión, así como sus parejas, sí que se pueden dar el gusto de vestir con modelos de esos diseñadores.]
Y, por supuesto, si hasta el lunes no se habían dado noticias del Carnaval del Toro en los telediarios de difusión nacional es por una razón fundamental: porque hasta entonces los festejos se habían desarrollado sin incidencias graves en el capítulo de heridos.
No obstante, la desgracia quiso que el martes 16, durante el transcurso del Toro del Aguardiente, un compañero resultase cogido y que, como consecuencia de ese percance, sufriese lesiones de muchísima gravedad.
La Agencia EFE, al menos, hacía llegar la noticia a las redacciones de todos los medios de comunicación y, a partir de ese momento, se debieron poner en marcha las maquinarias de los gabinetes de prensa y de los equipos de redactores de las cadenas más beligerantes contra los festejos taurinos populares.
Me cuentan que en la mañana del miércoles estaban aparcados en la zona de El Registro varios vehículos de cadenas de televisión de ámbito nacional. ¡Como si estuviesen en formación! Su misión: la caza y captura de imágenes con la cogida del compañero.
Con lo que no contaban estos cazadores de imágenes morbosas es con una circunstancia; bueno, con dos.
La primera es que el tramo del encierro donde se produjo la cogida fue en el interior de La Bóveda: un estrecho túnel de unos veinte metros de longitud que atraviesa la muralla medieval para servir de puerta de entrada a las calles de la vieja Miróbriga. El hecho de que no fuese en una zona abierta, sino en el interior de un largo túnel, reducía considerablemente las posibilidades de que se hubiesen captado las imágenes por cámaras y fotógrafos.
Hasta ahora, que yo sepa, sólo se ha publicado una grabación del momento, que es la de la Agencia EFE, la que está colgada en Youtube. Pero las imágenes están tomadas justamente desde el techo de La Bóveda y, por tanto, en ellas no aparece lo que ocurre en el interior del túnel, aunque sí se ve la reacción de los participantes que estuvieron más cerca de la boca que da a El Registro.
Lógicamente, esa grabación de la Agencia EFE no les era válida a los equipos de reporteros de las cadenas de televisión que buscaban imágenes de la cogida, pues no aparece la escena. Esa grabación no produce morbo. No “vende”. Por tanto, debían buscar otra distinta. Y, por lo que me han contado, la mañana del miércoles fue de locura.
Que se sepa, y al margen de fotografías, al menos hay cuatro o cinco personas que tienen grabada la escena en vídeo. Contando por supuesto con el “reportero de encierros a pie de recorrido”.
Naufragando por internet, todos hemos sabido que los equipos de las cadenas de televisión enviados a Ciudad Rodrigo consiguieron contactar con una de esas personas. Y, por otro lado, a mí, personalmente, otra de las personas que también tiene las imágenes me ha confesado que recibió una llamada desde el gabinete de prensa de una de las televisiones que andaba tras la grabación.
La oferta en dinero que hicieron a ambas personas por la compra de la película fue de la misma cuantía. Una cantidad de dinero muy considerable. Tentadora. Muy tentadora. Demasiado.
Pero con lo que no contaban los reporteros de las televisiones y sus gabinetes de prensa era con la segunda circunstancia que se ha dado en esta ocasión.
A pesar de los tiempos de crisis en que vivimos y a pesar de lo tentadora de la oferta, la proposición fue rechazada por estas dos personas. Y habría que decir que también por aquellas otras con las que hayan podido contactar. Además, por lo que se ha visto después, nadie que tenga grabadas las imágenes de la cogida de nuestro compañero se ha dirigido a las cadenas de televisión para intentar vender su película.
Esta vez, gracias a todas estas personas, que han demostrado ser, eso, personas, las cadenas de televisión no lograron su objetivo. ¡Que se jodan!
El resultado: Si no hay imagen morbosa, no hay noticia. En los telediarios de la noche del miércoles no se hizo ninguna mención a la cogida que sufrió nuestro compañero en el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo y, por ende, no se lanzó ningún mensaje subliminal contra los festejos taurinos populares. Pues lo más doloroso es que, además de repetir y repetir las escenas de los corredores que resultan cogidos, utilizan dichas imágenes para confeccionar las noticias de forma que desacreditan a los festejos taurinos populares. Utilizan nuestra imagen y además apalean nuestra afición.
Y, por si alguien pudiera pensar que la línea editorial que mantienen estas cadenas es por una cuestión de humanidad hacia las personas que resultan heridas en los festejos taurinos populares, puedo decir que un amigo muy cercano al compañero herido me ha confirmado que ninguna de esas cadenas de televisión se ha puesto en contacto con la familia para interesarse por el estado de nuestro compañero.
... ... ... ... ... ¡Son malos! ¡Carecen de humanidad!Una vez que se conoció la noticia, las cadenas de televisión enemigas desplegaron el miércoles sus avanzadillas de combate en busca de comprar con su obsceno dinero imágenes del percance, que es la gran munición que utilizan para confeccionar los reportajes que luego emiten en sus telediarios de mayor audiencia.
Pero, afortunadamente, quienes poseen esas imágenes rehusaron la tentadora cantidad de dinero que se les ofrecía y decidieron no vender sus películas. Ante ese fracaso en la tentativa de obtener su armamento preferido, las cadenas de televisión enemigas optaron por no hacer alusión al hecho en los telediarios de la noche del miércoles, renunciando así a lanzar el nuevo ataque contra los festejos taurinos populares que habían planificado durante toda la jornada.
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Lo anterior bien puede parecer una “adaptación ficticia” del guión de uno de los capítulos de, por ejemplo, La Guerra de las Galaxias. Y adaptación puede ser, pero no es una ficción. Lo relatado es, a grandes rasgos, lo que sucedió el miércoles 17 de febrero tras la cogida que sufrió nuestro compañero el día anterior. Y analizando los pormenores de lo acaecido es cuando se hace mucho más evidente la ruindad de las cadenas de televisión que se vienen significando en la labor de desacreditar a los festejos taurinos populares.
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Aún cuando el Carnaval del Toro está declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional y todos los años concita en Ciudad Rodrigo a decenas de miles de personas, parece ser que ninguna cadena de televisión de cobertura nacional ofreció noticias sobre el desarrollo de los encierros, capeas y desencierros del sábado, domingo y lunes. Sólo alguna de ámbito regional o autonómico emitió resúmenes de los festejos de esos días.
Esa presunta falta de atención hacia una fiesta declarada de “Interés Turístico Nacional” por parte de los cadenas de televisión con cobertura nacional sólo se puede achacar a que sus respectivas cúpulas directivas son contrarias a los festejos taurinos populares; y a que, faltando a un mínimo sentido de la objetividad periodística exigible, esas cúpulas otorgan y deniegan a los hechos la cualidad de noticiables según su exclusivo punto de vista, y sin tener en cuenta algo tan sumamente tangible como es que al encierro a caballo del domingo de Carnaval asistan unas veinticinco mil personas todos los años.
[Me van a perdonar este paréntesis: ¿Alguien puede decirme si a alguno de los 43 desfiles de la pasarela Cibeles Madrid Fashion Week 2010 ha acudido un número de visitantes que se aproxime a esa cifra de veinticinco mil? Porque los telediarios de todas las cadenas realizaron conexiones en directo con el IFEMA y emitieron diariamente resúmenes de cada uno de esos desfiles. Y, no sé ustedes, pero lo que yo veo por las calles de nuestras ciudades no son modelos de Ángel Schlesser ni de Roberto Torretta ni de Ágatha Ruiz de la Prada, por poner tres ejemplos. Claro que: seguro que los directivos y presentadores de las cadenas de televisión, así como sus parejas, sí que se pueden dar el gusto de vestir con modelos de esos diseñadores.]
Y, por supuesto, si hasta el lunes no se habían dado noticias del Carnaval del Toro en los telediarios de difusión nacional es por una razón fundamental: porque hasta entonces los festejos se habían desarrollado sin incidencias graves en el capítulo de heridos.
No obstante, la desgracia quiso que el martes 16, durante el transcurso del Toro del Aguardiente, un compañero resultase cogido y que, como consecuencia de ese percance, sufriese lesiones de muchísima gravedad.
La Agencia EFE, al menos, hacía llegar la noticia a las redacciones de todos los medios de comunicación y, a partir de ese momento, se debieron poner en marcha las maquinarias de los gabinetes de prensa y de los equipos de redactores de las cadenas más beligerantes contra los festejos taurinos populares.
Me cuentan que en la mañana del miércoles estaban aparcados en la zona de El Registro varios vehículos de cadenas de televisión de ámbito nacional. ¡Como si estuviesen en formación! Su misión: la caza y captura de imágenes con la cogida del compañero.
Con lo que no contaban estos cazadores de imágenes morbosas es con una circunstancia; bueno, con dos.
La primera es que el tramo del encierro donde se produjo la cogida fue en el interior de La Bóveda: un estrecho túnel de unos veinte metros de longitud que atraviesa la muralla medieval para servir de puerta de entrada a las calles de la vieja Miróbriga. El hecho de que no fuese en una zona abierta, sino en el interior de un largo túnel, reducía considerablemente las posibilidades de que se hubiesen captado las imágenes por cámaras y fotógrafos.
Hasta ahora, que yo sepa, sólo se ha publicado una grabación del momento, que es la de la Agencia EFE, la que está colgada en Youtube. Pero las imágenes están tomadas justamente desde el techo de La Bóveda y, por tanto, en ellas no aparece lo que ocurre en el interior del túnel, aunque sí se ve la reacción de los participantes que estuvieron más cerca de la boca que da a El Registro.
Lógicamente, esa grabación de la Agencia EFE no les era válida a los equipos de reporteros de las cadenas de televisión que buscaban imágenes de la cogida, pues no aparece la escena. Esa grabación no produce morbo. No “vende”. Por tanto, debían buscar otra distinta. Y, por lo que me han contado, la mañana del miércoles fue de locura.
Que se sepa, y al margen de fotografías, al menos hay cuatro o cinco personas que tienen grabada la escena en vídeo. Contando por supuesto con el “reportero de encierros a pie de recorrido”.
Naufragando por internet, todos hemos sabido que los equipos de las cadenas de televisión enviados a Ciudad Rodrigo consiguieron contactar con una de esas personas. Y, por otro lado, a mí, personalmente, otra de las personas que también tiene las imágenes me ha confesado que recibió una llamada desde el gabinete de prensa de una de las televisiones que andaba tras la grabación.
La oferta en dinero que hicieron a ambas personas por la compra de la película fue de la misma cuantía. Una cantidad de dinero muy considerable. Tentadora. Muy tentadora. Demasiado.
Pero con lo que no contaban los reporteros de las televisiones y sus gabinetes de prensa era con la segunda circunstancia que se ha dado en esta ocasión.
A pesar de los tiempos de crisis en que vivimos y a pesar de lo tentadora de la oferta, la proposición fue rechazada por estas dos personas. Y habría que decir que también por aquellas otras con las que hayan podido contactar. Además, por lo que se ha visto después, nadie que tenga grabadas las imágenes de la cogida de nuestro compañero se ha dirigido a las cadenas de televisión para intentar vender su película.
Esta vez, gracias a todas estas personas, que han demostrado ser, eso, personas, las cadenas de televisión no lograron su objetivo. ¡Que se jodan!
El resultado: Si no hay imagen morbosa, no hay noticia. En los telediarios de la noche del miércoles no se hizo ninguna mención a la cogida que sufrió nuestro compañero en el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo y, por ende, no se lanzó ningún mensaje subliminal contra los festejos taurinos populares. Pues lo más doloroso es que, además de repetir y repetir las escenas de los corredores que resultan cogidos, utilizan dichas imágenes para confeccionar las noticias de forma que desacreditan a los festejos taurinos populares. Utilizan nuestra imagen y además apalean nuestra afición.
Y, por si alguien pudiera pensar que la línea editorial que mantienen estas cadenas es por una cuestión de humanidad hacia las personas que resultan heridas en los festejos taurinos populares, puedo decir que un amigo muy cercano al compañero herido me ha confirmado que ninguna de esas cadenas de televisión se ha puesto en contacto con la familia para interesarse por el estado de nuestro compañero.
Por todo ello, me hago eco de la petición que ha realizado la familia de nuestro compañero: que, por favor, todos aquellos que tengan imágenes o fotografías de lo ocurrido el martes en Ciudad Rodrigo no vendan ni publiquen su material. Y a los que ya tomaron esa decisión, renunciando a tanto dinero como les ofrecieron: GRACIAS.
A la familia del compañero la mando un abrazo y toda mi solidaridad. Y a él, un mensaje:
¡¡¡ÁNIMO, COMPAÑERO!!! ¡¡¡SIGUE LUCHANDO!!!
¡¡¡ÁNIMO, COMPAÑERO!!! ¡¡¡SIGUE LUCHANDO!!!
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