18/12/08

Variabilidad genética de la raza de lidia

(Don Javier Cañón Ferreras / Fotografía del periódico digital "larazón.es")

Naufragando por internet, en una serie sucesiva de enlaces sin sentido lógico, llegué en el mes de septiembre a un trabajo científico cuyo título era “Estudio de los encastes y ganaderías utilizando marcadores de ADN”.

Como podrán suponer todos aquellos que me conocen, me descargué el archivo y me dispuse a leerlo. Pero debo reconocer que me superó. Hubo un momento en el que me perdí en medio de términos que ignoraba y aún ignoro: nucleótidos, haplotipos, heterocigosis, autosomas... Y confieso que dejé la lectura de aquel estudio para seguir naufragando por internet en busca de... otras cosas que me recreasen más la vista.

No obstante, conservé el archivo dentro de la carpeta que tengo destinada a la bitácora y, de vez en cuando, le iba echando ojeadas para tratar de comprender todo lo que en aquel trabajo se decía y mantenía. Pero, la verdad, no me resultaba fácil. ¡Soy de letras, al fin y al cabo!

Puede que nunca hubiera sacado a relucir aquí ese estudio, pero se ha dado una concatenación de hechos que me llevó a encontrarme otra vez con él.

Hace unas semanas quedé con dos de los más asiduos visitantes a esta bitácora para tratar de un tema relativo a una posible idea que publicaría hacia el mes de mayo del 2009. En la comida que mantuvimos salieron a relucir otras materias. Una de ellas fue el Aula de Tauromaquia de la Universidad San Pablo CEU que dirige don Rafael Cabrera Bonet y, a la vista del calendario de este curso, decidí que asistiría a la conferencia del día 4 de diciembre, cuyo título era "Variabilidad genética del toro de lidia basada en información molecular".

Así, el pasado día cuatro fui al Aula de Tauromaquia y (¡¡¡sorpresa!!!) el contenido de la conferencia, aunque con un título distinto, era exactamente el mismo que el de aquel estudio que me encontré tres meses antes naufragando por internet.


El conferenciante era don Javier Cañón Ferreras, Catedrático de Genética de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, quien precisamente había dirigido aquel estudio científico que yo no había sido capaz de digerir totalmente, y debo reconocer que en el Aula se esforzó por utilizar una terminología comprensible para todos los que asistimos a la presentación de su trabajo. El resultado: una conferencia muy interesante. De ahí que voy a intentar haceros partícipes de, al menos, algunas de sus conclusiones (de todas me resultaría imposible).




Sobre el origen del toro de lidia, nos contó el profesor Javier Cañón que hay presencia genética tanto del Uro que se domesticó en Oriente Próximo como del domesticado en el Sahara Oriental. Desde ambos lugares, por movimientos migratorios, se produjo una difusión de ejemplares hasta llegar a la Península por el norte, atravesando los Pirineos, y por el sur, a través del Estrecho de Gibraltar.

La mayor influencia proviene de las razas de Oriente Próximo. Como dato concreto, creo recordar que la influencia de las razas africanas en los encastes actuales es, a nivel general, de un 15 % aproximadamente; pero, como es lógico, esa influencia africana no es la misma en cada uno de los encastes. Así, como apunte curioso, se puede comentar los casos de las ganaderías de Miura y Partido de Resina, a cuyos encastes respectivos siempre se les atribuye un origen similar. Pues bien: mientras en Partido de Resina es nula o prácticamente nula la influencia de las razas africanas, en el caso de Miura esa influencia supera el 50 %.


Partiendo de vacadas asentadas en distintos valles fluviales de la Península en las que nunca se había hecho una selección basada en la bravura, en el s. XVIII aparecieron ganaderos que ya sí criaron toros para la lidia según criterios basados en la estampa, el poderío y la bravura; y fue ahí cuando surgió la raza del toro de lidia actual. De esas primeras ganaderías, que han sido denominadas castas fundacionales y que ya tenían orígenes diferentes (geográficos y morfológicos principalmente), unas han desaparecido (al menos en la UCTL), otras se han mantenido con cierta pureza desde su origen y sin dividirse, mientras que otras se han diversificado en distintas líneas que se denominaron encastes.

Posteriormente, cada ganadero, que partía ya de un material con origen diferente, fue realizando a su vez una selección propia y diferenciada; y, lo que es más importante, sometiendo a su ganadería a un régimen de aislamiento más o menos estricto. Resultado de todo ello es, según don Javier Cañón, que la distancia genética entre los distintos encastes de la raza del toro de lidia es, por término medio, casi tres veces superior a la distancia que hay entre cualquier pareja de razas de otros bovinos europeos.

Ese hecho que revela el estudio llevó a su director a afirmar que la raza del toro de lidia, más que una raza, vendría a ser una “metaraza”; es decir, que sería una raza de razas o, lo que es lo mismo, una raza que está compuesta de muchas razas distintas, ya que hay gran diversidad genética entre los distintos encastes que la constituyen y se podría llegar a mantener que muchos de esos encastes serían, en sí mismos, una raza individualizada.

A modo de concreción, por el estudio se han descubierto los encastes que están más distanciados genéticamente como consecuencia de su aislamiento reproductivo o, para entenderlo mejor, por haber intercambiado menos reproductores: Cuadri, Albaserrada, Pablo Romero y Miura. Por el contrario, los encastes Contreras, Carlos Núñez, Hidalgo Barquero y Juan Pedro Domecq serían los más próximos en promedio por haber intercambiado más reproductores.

Y, como puntualización curiosa a esa concreción, nos explicó el conferenciante que del estudio se desprende, por ejemplo, que los encastes Albaserrada y Pablo Romero han estado sometidos a un gran aislamiento, pero sobre todo con sus machos, por que las hembras sí que las han compartido, adquirido o cedido con otros encastes. Y, al contrario, el alto grado de aislamiento de Miura viene proporcionado más por sus vacas que por sus toros.



Tras analizar todos las conclusiones de su trabajo, el profesor Javier Cañón realizó una advertencia y una recomendación.

La advertencia: al contrario de lo que ocurre con encastes como Domecq o Núñez, que hay muchas ganaderías procedentes de ellos, de cada uno de los encastes Cuadri, Pablo Romero y Miura sólo hay una ganadería representante, por lo que un accidente en estas ganaderías que provocara su desaparición equivaldría a la extinción de esos encastes. Y, por tanto, como decíamos antes, a la extinción de una auténtica “raza”; por lo que se puede asegurar que estos encastes o “razas” de toros de lidia están en un evidente y continuo peligro de extinción (Albaserrada tiene tres ganaderías y, por lo tanto, está en una situación menos preocupante).

La recomendación: es de vital importancia conservar la diversidad genética que conllevan estos encastes únicos y, para evitar o minimizar su peligro de desaparición, debería realizarse un programa de conservación que, en vez de partir del hecho de la existencia de una única raza del toro de lidia, debería tener en cuenta que esa raza está dividida en encastes y que varios de ellos corren un serio peligro de extinción para, así, elegir las decisiones conservacionistas oportunas en base a las particulares situaciones de riesgo existentes.


Evidentemente, al margen de las conclusiones, nos comentó don Javier Cañón que son muchas las aplicaciones posibles que se pueden desprender de este trabajo. La que se puede intuir más fácilmente es que, como a través del análisis del ADN de una muestra del cuerpo de un toro de lidia (un pelo, por ejemplo) es posible conocer el encaste de origen e, incluso, la proporción de genes que ese toro puede tener de distintos encastes, un ganadero que se sirviera de este tipo de análisis podría llegar a conocer a la perfección la vacada que dirige y, así, podría seguir organizando los cruzamientos en base a su particular percepción empírica como ganadero pero apoyándose en esta base científica para tener mayores garantías de éxito en la consecución de la línea ganadera deseada.

(...)

Espero (deseo más bien) que haya sabido transmitir, más o menos claramente, algunas de las conclusiones (no todas) que se desprenden del estudio dirigido por don Javier Cañón y que de forma tan brillante nos trasladó en la conferencia impartida el pasado día 4 de diciembre en el Aula de Tauromaquia de la Universidad San Pablo CEU.

Sólo me resta unirme a la petición que este ilustre Catedrático de Genética de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid realiza a los organismos públicos.

Con independencia de que estemos ante unos animales que son de propiedad privada, la diversidad de nuestra cabaña brava debe ser preservada por los organismos públicos y deben arbitrar las medidas oportunas para evitar o, cuando menos, minimizar el peligro de extinción en el que se encuentran algunos de los encastes más emblemáticos de la raza del toro de lidia.

No debemos resignarnos a la idea de que en un futuro la raza del toro de lidia esté compuesta únicamente por ejemplares de casta Vistahermosa o, lo que sería aún peor, de encaste Domecq.


(NOTA: Los dibujos que he incluido en la entrada son dos figuras similares, que no iguales, a otras tantas que aparecen en el estudio que se comenta, pero no son fidedignas y además se han eliminado las leyendas explicativas, por lo que carecen de rigor científico y sólo deben tomarse como ilustraciones del texto y no del estudio. Por otro lado, la foto que encabeza esta entrada apareció ayer publicada en el periódico digital "larazón.es", sin que conste su autoría. Con esta bitácora no tengo fines lucrativos, por lo que ruego se me permita mantener la fotografía y las ilustraciones insertadas. No obstante, serán eliminadas si soy requerido para ello)

3 comentarios:

Gahirupe dijo...

Pues que quiere que le diga.

Entra uno a dejar un comentario acerca de uno de los más grandes poetas en lengua castellana y se encuentra con esta nueva entrada, con lo cual, uno olvida para lo que entró, comienza a leer y a disfrutar, pero acaba la lectura con una duda que no llega a comprender y por ello solicitaría que me lo aclarase, si se lo aclararon a ustedes durante la conferencia. Usted dice: "...los encastes Albaserrada y Pablo Romero han estado sometidos a un gran aislamiento, pero sobre todo con sus machos, por que las hembras sí que las han compartido, adquirido o cedido con otros encastes. Y, al contrario, el alto grado de aislamiento de Miura viene proporcionado más por sus vacas que por sus toros." y le pediria, repito, si ésto quedó explicado con claridad en la conferencia, que me aclarase, si lo sabe, ¿como es posible que llevando la misma carga genética, puesto que se supone que los reproductores depositan la misma informacion en sus genes, valga la redundancia, indeferentemente de que la descendencia sea de un sexo u otro, quede mas rastro en un sexo que otro del aislamiento en las reses de esas ganaderias?

Me ha dejado con un buen sabor de boca y una duda.

Un saludo.

LAGUN dijo...

Esto le pasa a usted, querido amigo, por dejarse para otro día los comentarios. Claro que, la entrada de García Lorca sigue estando abierta y no se puede imaginar usted la cantidad de visitas que hay a entradas del pasado con comentarios incluidos. Así pues... ¡comente lo que quiera acerca de García Lorca!

Respecto a su duda en esta entrada, no soy yo la persona más indicada para resolvérsela. Le recuerdo lo que decía al principio del texto.

No obstante, creo, y digo creo (¡por favor: un científico!), que la información genética nuclear del padre y de la madre se mezclan y reparten en el descendiente, ya sea macho o hembra. Pero mientras el “ADN mitocondrial” sólo procede de la madre (creo), el “ADN del cromosoma Y” procede exclusivamente del padre y sólo lo heredan los machos. Por ello se pueden entresacar datos distintos según la vía de muestreo.

jose de mostoles dijo...

Jua, jua, jua.

Me estoy imaginando al pely o al chuli leyendo lo de los cromosomas, mitocondrias y demas y es que me parto.

Cuando reactiven mi ordenador sacare mi lado cientifico, yo estudie biologia en cou, y algo te pondre.