4/10/10

El encierro en el Madrid de los Austrias. Recorrido por la calle Toledo.

Puerta de Toledo (1865). Foto de Laurent (Flickr: Galería de Nicolas1056).


En los anteriores capítulos de esta serie dedicada a los encierros por la villa de Madrid vimos, en primer lugar, el recorrido por la calle Mayor, que era el clásico, el habitual de la Villa y Corte; y, después, un recorrido alternativo por la calle de Alcalá que se utilizó, cuando menos, en 1626 y 1627.

Como se puede ver, la primera parte del título de los distintos capítulos de la serie es común, y reza: “El encierro en el Madrid de los Austrias”. Con ello, no me refiero tanto al hecho de que hasta ahora nos estemos remontando, cuando menos, al siglo XVII, época en la que en España reinaban monarcas de la Casa de Austria, sino más bien a que esos dos recorridos transcurrían (en el primer caso) o finalizaban (en el segundo) por el barrio que en la capital se conoce con el nombre de: el Madrid de los Austrias.

Y aclaro lo anterior porque en este tercer capítulo vamos a tratar de un tercer recorrido que se utilizó para la celebración de encierros que también transcurre por el Madrid de los Austrias, pero al que se recurrió en unos tiempos en los que en España ya reinaba la dinastía Borbón.


En el año 1749, reinando Fernando VI de Borbón, se erigió en Madrid la primera plaza de toros estable y de materiales permanentes. Estaba situada en unas eras próximas a la Puerta de Alcalá, entre las actuales calles de Claudio Coello, Conde de Aranda y Serrano, pegada prácticamente al Retiro. Lógicamente, a partir de entonces, el necesario y previo encierro de las reses que se iban a lidiar dejó de transcurrir por la calle Mayor.

No obstante, para algunas celebraciones solemnes de la Casa Real aún se siguió eligiendo la Plaza Mayor como escenario de algunas corridas de toros. Y, para ello, fue preciso llevar a cabo el encierro de las reses por un recorrido que culminase en dicho escenario.

¿Cuál fue el recorrido del encierro elegido para la celebración de corridas de toros en la Plaza Mayor en tiempos de los Borbones?

Al menos, en sendas series de festejos taurinos que se celebraron en la Plaza Mayor de Madrid en los años 1803 y 1833 el recorrido elegido para el encierro no fue el clásico de la calle Mayor, sino otro distinto que se habilitó para dichas ocasiones: la calle Toledo.



El rey Carlos IV determinó que en julio de 1803 se celebraran fiestas reales en Madrid por el matrimonio que había contraido el Príncipe de Asturias don Fernando de Borbón, que posteriormente reinaría con el nombre de Fernando VII. Y, entre otros actos, se programaron tres corridas de toros en la Plaza Mayor para los días 20, 22 y 27 (Francisco López izquierdo, en su libro “Plazas de toros de Madrid y otros lugares donde se corrieron”, hace mención a que hubo una cuarta corrida de toros el día 30 de julio).

Como quiera que en uno de aquellos actos la calle Mayor formaba parte del itinerario que seguiría el sequito real para desplazarse desde Palacio hasta la iglesia de Nuestra Señora de Atocha, se debió considerar que unas talanqueras podrían deslucir los adornos y composturas con los que había sido engalanada dicha vía, por lo que el Ayuntamiento de la Villa y Corte decidió cambiar el recorrido clásico del encierro de las reses que se iban a lidiar en aquellos días y habilitó otro distinto por la calle de Toledo.

Así consta en el Bando del Ayuntamiento para el desarrollo de los encierros de dichas fiestas, que fue dictado el día 16 de julio de 1803 y publicado dos días después. De su encabezado se desprende que aquellos encierros tuvieron lugar las noches de los días 19, 21 y 26, a partir de las doce; y en su articulado recoge las siguientes disposiciones:

"I.- Ninguna persona, de cualquier clase y condición que sea, estará desde las doce en adelante de cada una de las tres citadas noches en la calle por donde se han de conducir los toros, que será desde la puerta de Toledo hasta la Plazuela de la Cebada, y desde ésta, por la misma calle, a la Plaza Mayor, cuidando de retirarse todos a sus casas o habitaciones, sin salir a caballo ni a pie por esta carrera, ni con pretexto de aficionados, pues para hacer los encierros están nombradas las personas inteligentes que deben concurrir únicamente para que puedan verificarlo sin embarazarse.

II.-Absolutamente se prohíbe que en sus bocacalles, en los balcones y ventanas de las casas se saquen hachas encendidas ni otras luces, se den gritos, silbidos, ni haga ruido al tiempo de pasar el ganado, o se tiren palos o piedras, por la contingencia de que se extravíe o cause algún daño, procurando los padres de familia y amos de casa que sus hijos y criados estén recogidos en aquellas horas.

III.-A los inquilinos de los cuartos bajos y principales de todas y cada una de las expresadas casas y calles se encarga que a las 12 en punto de las mencionadas tres noches tengan cerradas las puertas de los portales; previniéndose como se previene a los vecinos de los otros cuartos y habitaciones superiores que no lo pueden impedir, porque de cualquiera contravención que haya en esto, se tomará seria providencia. Lo mismo han de observar los mesoneros y posaderos que se hallan comprendidos en las citadas calles.

IV.- Para precaver cualesquiera otros daños o perjuicios, particularmente si retrocediese el ganado, procurarán con todo cuidado los dueños de los perros de presa, lebreles, mastines y de cualquiera otra casta, tenerlos atados en sus casas, sin permitir que salgan con pretexto alguno; en el supuesto de que si se contraviniese a un mandato tan necesario en el caso, se procederá a lo que haya lugar.

V. - Los operarios que se queden en las expresadas tres noches para cuidar de los tendidos y puertas de la Plaza, como también los ministros de Justicia que estén de ronda para hacer observar estas prevenciones y demás que está mandado en el Bando de 14 de junio anterior, podrán colocarse en los citados tendidos, y los vecinos salir a los balcones de las casas sin bajar a ella, observando lo que va referido en cuanto a no sacar luces, dar gritos, silbidos ni hacer otro ruido, subsistiendo con absoluta necesidad la prohibición de fumar, encender yesca, y todas las precauciones contra el fuego que exprese el citado Bando.

Todas estas precauciones se observarán hasta que los toros se hallen encerrados en sus respectivos toriles, y los cabestros hayan salido de la población; y verificado que sea, los padres y amos prevendrán a sus hijos, criados y muchachos de sus casas que no suban a los toriles, ni se acerquen con palos o varas, por ser fácil introducirlas por las juntas de los maderos y tablas causando inconvenientes; y a fin de que ninguno alegue ignorancia se fija el presente, cuya observancia se celará por los ministros de mi Juzgado. Madrid, 16 de julio de 1803.- D. Juan de Morales.- D. Francisco de San Martín y Silice."


Por otro lado, para la Jura de la infanta doña María Isabel Luisa de Borbón como heredera de la corona (a la que accedería con el nombre de Isabel II), la Casa Real programó una serie de actos institucionales y determinó que se celebrasen unos festejos conmemorativos. Entre los primeros estaba la propia Jura, que tuvo lugar el 20 de junio de 1833 en el Monasterio de San Jerónimo el Real (Los Jerónimos), por lo que la calle Mayor formó parte del itinerario que recorrió la comitiva real. Y, entre los festejos, se programaron tres corridas de toros para los días 22, 23 y 25 de ese mismo mes y año. Así, como ya ocurriera en 1803, el Ayuntamiento de la Villa y Corte decidió que se utilizara la calle Toledo como recorrido del encierro.


Como en los otros recorridos que hemos visto en los capítulos anteriores de esta serie, el de la calle Toledo también podría ser actualmente escenario de encierros en Madrid, pues cumpliría prácticamente todos los requisitos fijados en el actual reglamento de la Comunidad.


Como se ve en la foto aérea, la manga, que iría desde la Puerta de Toledo hasta la Plaza Mayor, carecería de curvas cerradas, por lo que la configuración de la manada estaría supeditada principalmente a la altimetría del recorrido.

Tramos (mediciones aproximadas a través del Google Earth):

01 ... 090 m. ... 6,7 % ... Zona libre
02 ... 330 m. ... 3,3 % ... C/ Toledo
03 ... 390 m. ... – 0,7 % ... C/ Toledo
04 ... 140 m. ... 5,7 % ... C/ Toledo
05 ... 050 m. ... 0,0 % ... Plaza Mayor


Este recorrido por la calle Toledo tiene unos primeros metros con una muy buena pendiente, y que podrían ser utilizados como zona libre de corredores, pero después se estabiliza la cuesta en el 3,3 % hasta llegar a la Plaza de la Cebada. A partir de ahí, la calle traza una ligera curva a izquierdas y su perfil se vuelve prácticamente llano. Finalmente, los últimos metros del recorrido se van empinando progresivamente hasta acceder a la Plaza Mayor, que se cruzaría hasta el emplazamiento de ese coso imaginario que siempre presentamos frente a la casa de la Panadería.

El único punto del recorrido que podría presentar algún problema respecto a los requisitos que establece el Reglamento de Espectáculos Taurinos Populares de la Comunidad de Madrid sería el tramo existente entre las calles de la Concepción Jerónima e Imperial, pues el túnel del parking de la Plaza Mayor reduce la anchura de la calle Toledo y puede que no llegue a los seis metros que se exigen.

Con todo, puede que estemos ante un recorrido poco atractivo desde el punto de vista de la dinámica de un encierro, pero es innegable que tiene tramos que podrían ser lugares ideales para realizar grandes carreras. Y, por supuesto, como siempre, la grandiosidad del arco de entrada a la Plaza Mayor dota a su tramo final de una belleza indescriptible. Muchas localidades desearían tener un recorrido como éste; y los corredores de encierros de Madrid también lo harían si se les ofreciera la oportunidad de soñar con un encierro en la capital.


Finalmente, con este recorrido por la calle Toledo, ya hemos visto los tres que (hasta donde alcanzo a saber) históricamente fueron utilizados para la realización de encierros en Madrid en aquellas corridas de toros que se celebraron en su Plaza Mayor hasta 1846. Y que son: el de la calle Mayor, que era el habitual, y los de las calles de Alcalá y Toledo, que fueron utilizados como alternativas en 1626 y 1627, el primero, y en 1803 y 1833, el segundo.

Me consta que en momentos determinados se pensó en otros recorridos alternativos; como ocurrió en 1664, que se trató de realizar el encierro por la calle Embajadores, o en 1680, que se propuso entrar desde la calle de Atocha. Pero de lo que no tengo constancia al día de hoy es que esas calles llegaran a ser honradas finalmente con el paso del Toro por su piso.
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Lagun
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12 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante

Anónimo dijo...

Amigo Lagun.

De los tres propuestos, es el que me parece menos atractivo para echar una carrereja.

No hay nada que rompa la manada más que la velocidad (que puede llegar a ser altisima menos en el último repecho de unos 20m.-que tambien-).

Tendrían demasiado protagonismo los bueyes si la parada es buena.

Aunque si este tiene que ser el recorrido para que tuviesemos encierro en Madrid, me basta y me sobra.

De todas formas, haría alguna variación acortando la C/ Toledo y metiendo algo más al final. Me sale demasiado largo

OJO, todo esto entendiendo el encierro como lo entendemos hoy dia.

Enorme. Gracias

juan Nuñez Sentimientos

ROBERTO dijo...

Como soñar es gratis,por lo menos hasta el momento,pues seguiremos soñando con un encierro por la capital en el siglo XXI.Un saludo.

chirrina dijo...

Empieza Octubre y algunos empiezan sus estudios y nosotros volvemos a recibir nuestra intersante clase de historia.

Me quedo con:

"ni con pretexto de aficionados, pues para hacer los encierros están nombradas las personas inteligentes"

Si eso se cumpliera en la actualidad, ¡que diferente seria esto!

Un saludo.

Anónimo dijo...

Opino igual que el señor Juan Nuñez Sentimientos, demasiado largo para ser casi en linea recta, 1000 mts. aprox.
No cabe ninguna duda de que seria una gozada de todas formas. Gracias por hacernos soñar.

Una cosa, joer con el bando, hasta fumar prohibian, Y luego nos quejamos de como estamos...
Es broma.
Un saludo. Papi

Marina dijo...

Y me contaste tú una vez que un encierro en Madrid era una fantasía con la que soñabais alguna vez.
Quién sabe, los sueños a veces... a veces.
Un abrazo amigo.

LAGUN dijo...

Para J.N. SENTIMIENTOS y PAPY:
Estoy de acuerdo con vosotros en la apreciación sobre las características de este recorrido. Pero es el que era, y había que explicarlo tal y como era.
Os pido una cosa: volver a la fotografía de la Puerta de Toledo que encabeza el texto y fijaros que en ella, en1865, todavía se conservaba la cerca que rodeaba Madrid. Es decir: que la Puerta de Toledo aún era puerta. Os imagináis lo bonito que tenía que ser un encierro a caballo entrando por ahí. ¡Tremendo!
Y, Sr. SENTIMIENTOS: el encierro de Madrid se hacía de noche, y usted sabe lo que es un encierro a caballo entrando a una localidad en plena noche. ¿Se imagina cómo debía ser esa entrada nocturna del encierro en Madrid con ese marco?
Daba lo que fuese porque se recuperase, aunque sea por un recorrido tan soso como el de la calle Toledo.

Para ROBERTO:
Siempre se puede intentar hacer algo, aunque parezca un imposible. Ya os contaré una idea que me ronda.

Para CHIRRINA:
Qué quieres que te cuente, compañero, que tú no sepas ya.

Para MARINA:
Los corredores de Madrid son muy conscientes de que sólo es eso: un sueño.

Y para el ANÓNIMO: ¡Gracias!

Anónimo dijo...

No hay nada que me haya llenado más en todos estos años de "intentar" y aprender a correr con toros, que un momento en un encierro nocturno entrando a cierta localidad alcarreña, casi al paso, y en el que solo se oian las pezuñas y los cencerros de los bueyes. Os aseguro que esa noche lloré (no sé si de miedo, o de emoción)

Creo que atravesar la Puerta de Toledo en un encierro nocturno en aquella época debia ser demasiado... ¿Como no iba a haber afición?

Gahirupe dijo...

D. Juan de Morales y D. Francisco de San Martín y Silice eran unos aguafiestas de su época.

Para mi este recorrido es muy atractivo, si tenemos en cuenta que en esa época no correrian los toros-atletas con los que nos medimos ahora, ese encierro se partiria en varios grupos y permitiria disfrutar de carreras fuertes en diferentes tramos. Yo, por como soy, trataria de correr el último tramo para entrar a la maravillosa Plaza Mayor delante de un toro de Aleas.

Soñar, solo soñar.

Mabeltranh dijo...

Muchas gracias por estas entradas que nos permite imaginarnos y aún mejor soñar con que vuelvan a repetirse. No sólo irían corredores de Madrid...

Aunque me quedo con tu respuesta a ROBERTO:
"Siempre se puede intentar hacer algo, aunque parezca un imposible. Ya os contaré una idea que me ronda."

Esperamos ansiosos, que últimamente triunfas con los logros que te propones. De antemano, te aviso de que somos muchos los que te apoyaríamos en esa "idea".

Un abrazo

SILVIA dijo...

Una vez más, un trabajo inmejorable.
Besazos!!!

LAGUN dijo...

Para “ANÓNIMO”: primero, que debéis firmar los comentarios; y, segundo, que yo también creo que aquella entrada nocturna por la Puerta de Toledo debía ser preciosa.

Para “GARRAPO”: sólo un sueño, en efecto, y con él algunos ya alucinamos. ¡Si se hiciese realidad...!

Para “MABELTRANH”: estoy seguro que contaríamos con el apoyo de la gente de “Al Sur...”; y con su presencia, claro.

Para “SILVIA”: ¡Gracias, guapa! Un beso para ti y un abrazo para los compañeros.