19/4/09

El Toro de San Marcos

Dibujo de Pablo Moreno Alcolado. Representa uno de los actos del rito del Toro de San Marcos, para lo cual ha recreado el que aparece en “Los Toros”, de José María de Cossío, obra de Vereda.


El Toro ha sido una fuente incesante de ritos ceremoniosos y de tradiciones populares.

Como ocurre en otros ámbitos, algunas de las celebraciones más antiguas se fueron perdido a lo largo de nuestra historia y sólo contamos con noticias de su existencia. Otros rituales, en cambio, han llegado hasta nuestros días, ya sea respetando las fórmulas tradicionales o bajo otras distintas que se conformaron por vía de una lenta evolución o de cambios traumáticos que fueron precisos para mantenerlos.

El más famoso de todos los ritos taurinos es el Toro de San Marcos, cuya celebración está unida a la festividad de dicho Evangelista: el 25 de abril.

Hasta hace dos siglos y medio estuvo muy extendido por la geografía peninsular, tanto en España como en alguna zona de Portugal, pero su celebración fue prohibida y en muchos lugares se perdió definitivamente. No obstante, en alguna localidad aún se conserva este antiguo rito, pero con un formato modificado para salvar las prohibiciones. En otros pueblos se celebra la fecha del 25 de abril con tradiciones taurinas que, de alguna forma, nos recuerdan al antiguo ritual, pero que no se sabe a ciencia cierta si traen causa de él o si su origen vino determinado por otras razones históricas. Por último, hay sitios donde el arraigo de la celebración del santo ha conllevado que se mantenga la fecha como fiesta local y que se programen en honor de San Marcos festejos más genéricos: corridas y encierros.

En todo caso, el día 25 de abril es una fecha de festejos taurinos populares, y ello es debido, sin duda, a la importancia que en su momento tuvieron tanto la festividad de San Marcos como el rito del Toro de San Marcos.


Don José María de Cossío se remite en su magna obra “Los Toros” a una serie de fuentes que llevarían a la afirmación de que el rito taurino más antiguo del que se tiene noticia en el día de San Marcos podría ser el que se originó en Baeza (Jaen), cuando la ciudad hizo en 1449 un voto particular de celebrar la fiesta de este santo con procesión, misa solemne y sermón, tomándole por su especial protector y ofreciéndole un toro cada año, para que librase aquella tierra de una terrible plaga de langosta que padecía y de las repetidas hostilidades de los moros.

Pero, como dice el propio Cossío, quizás sea esa la noticia más antigua que se tenga sobre un voto de toros al santo, pero él sólo no explica el ritual con el que en muchos lugares se celebraba el Toro de San Marcos.


Existen varias fuentes escritas de los siglos XVI y XVII que nos cuentan la original ceremonia del rito; lógicamente con variantes, pero también con denominadores comunes:

La víspera de la festividad salía al campo la cofradía de San Marcos, elegía un toro y el que fuese el mayordomo, utilizando una vara bendecida y diciendo una frase a modo de conjuro, llamaba al animal por el nombre de “Marcos” y le requería para que les acompañase a celebrar la fiesta del santo. En ese momento, el toro se tornaba manso, se dejaba guiar hasta el pueblo y permitía que las mujeres le adornasen el lomo con guirnaldas de flores y la cabeza con roscas de pan, así como que los niños le acariciasen. Al día siguiente, el de la fiesta, el toro seguía dócilmente la procesión detrás de la imagen del santo, entraba al templo, asistía al oficio religioso delante del altar mayor y, una vez que finalizaba la liturgia, salía de la iglesia y se volvía al campo, donde volvía a recuperar su fiereza habitual.

Algunas de las variantes del ritual consisten en la concreta literalidad de la frase del conjuro con el que el toro quedaba amansado en la víspera o en los actos que con él se llevaban a cabo en el día de la fiesta, como puede ser el hecho de que en algunos pueblos llevasen al toro de casa en casa para pedir limosna. Pero no dejan de ser precisiones locales, ya que cada una de las fuentes escritas viene a narrar la peculiaridad del rito en un pueblo determinado (aconsejo leer el artículo “La fiesta del Toro de San Marcos en el oeste peninsular”, de José María Domínguez Moreno, para profundizar en estas nociones del ceremonial y en todo lo relacionado con el rito).

En todo caso, lo que resulta evidente es que en la celebración del Toro de San Marcos se evocaba la milagrosa actuación del santo frente a un animal fuerte y fiero convirtiéndolo en manso y dócil, por lo que todo el ritual no deja de ser una forma de lenguaje simbólico.


En cuanto al área geográfica en el que se celebró el Toro de San Marcos, hay coincidencia general en señalar a la región de Extremadura como la zona de la Península en la que se concentraba el mayor número de localidades donde se oficiaba el rito.

Javier Marcos Arévalo (en su estudio “Roles, funciones y significados de los animales en los rituales festivos –La experiencia extremeña–”) señala que las poblaciones principales que lo celebraban pertenecían a las Diócesis de Coria, Plasencia, Cáceres y, en menor grado, a la de Badajoz.

La localidad cacereña que cuenta con mayor número de citas en las fuentes escritas es Brozas, pero parece ser que también se celebraba este ritual en Casas de don Gómez, Casas del Monte, Guijo de Coria, Pozuelo de Zarzón, Mirabel o Talayuela, entre otras. Respecto a esta última localidad, hay una copla recogida de la tradición oral por Antonio Rodríguez Moñino que nos evoca el rito:

Ven conmigo a Talayuela
a la feria de San Marcos;
allí verás un torito,
arrodillado ante el santo.


Y, si bien la provincia de Cáceres pudiera ser denominada como el foco central de la celebración del Toro de San Marcos, las distintas fuentes hacen referencia a otras provincias con pueblos donde también se festejaba, como pueden ser, al menos, Zamora, Salamanca, Ávila, Badajoz, Huelva, Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada y Almería. Igualmente, en la vecina Portugal hubo localidades donde se seguía el ceremonial, como Marvao.


Resulta imposible determinar el origen del rito del Toro de San Marcos.

Juan Carlos Olivares Pedreño, en su estudio titulado “El dios indígena Bandua y el rito del Toro de San Marcos”, plantea la hipótesis de que el origen de la celebración del Toro de San Marcos podría estar en antiguos rituales que se debieron realizar en honor del dios Bandua, una deidad peninsular anterior a la época de la dominación romana.

Por su parte, Julio Caro Baroja en su libro “Ritos y mitos equívocos” defiende que hay una gran similitud entre las celebraciones del mundo helénico en honor al dios Dionisos y las nuestras del Toro de San Marcos, por lo que apunta que podría derivarse de un antiguo ritual relacionado con dicho dios griego. Y respecto a su fecha de celebración, el 25 de abril, afirma que se corresponde exactamente con las fiestas romanas llamadas Rubigalia o Robigalia, que estaban destinadas a preservar a los trigos de la roña.

Son dos posibles teorías. Pero, al fin y al cabo, no existen pruebas fidedignas sobre el origen del rito del Toro de San Marcos.

Lo que sí parece razonable es pensar (y, que conste, sólo voy a plasmar una reflexión propia) que este rito podría traer causa de otro anterior mucho más antiguo. Sabemos que desde el Neolítico el hombre otorgó al Toro la máxima representación del poderío fecundador en aras de obtener fertilidad, tanto en las personas, como en la agricultura y la ganadería. También es sabido que, tras la llegada del cristianismo, en nuestras sociedades rurales se asociaba a San Marcos con la agricultura y la ganadería, como un garante de la fertilidad de las cosechas y del ganado. Por ello, me aventuro a pensar (y, repito, sólo es una reflexión mía) en la posibilidad de que se pudiera haber cristianizado un antiguo rito propiciatorio de la fertilidad del campo y del ganado. Un antiguo rito en el que el protagonismo lo tuvo el Toro habría derivado con el cristianismo en uno nuevo con San Marcos como protagonista. Y que con ese nuevo rito, además de seguir implorándose por la fertilidad del campo y del ganado, también se venía a representar la victoria del cristianismo sobre el paganismo con la representación simbólica del amansamiento del Toro, dios, ante la presencia de una santidad cristiana, en este caso de San Marcos.

Sea como fuere, a la vista de las fuentes que lo narran, lo único que se puede asegurar es que en el siglo XV ya se celebraba el rito del Toro de San Marcos.


En torno a su ceremonial se creó una enconada controversia: milagro, magia, idolatría, superchería... Si en el cumplimiento más común del rito ya había actos que las altas jerarquías eclesiásticas difícilmente podían tolerar (como “bautizar” al toro con el nombre del Evangelista, llevarlo en procesión junto al santo e introducirlo en el templo durante los oficios religiosos), en algunos pueblos hasta se llegaban a crear ideas supersticiosas sobre la virtud de curas y mayordomos cuando el toro no se comportaba mansamente o no “seguía a rajatabla su teórico papel”; y lo mismo podía ocurrir con algún vecino si el toro se negaba a entrar en su casa al ir la cofradía pidiendo limosna.

Por otro lado, mientras unos autores veían el amansamiento del toro como un milagro, hubo tratadistas que denunciaban que todo aquello era producto de una “mano diabólica”. También hubo articulistas que aseguraron que al toro se le emborrachaba con vino para que se comportara con docilidad.

A este respecto es muy interesante la lectura de uno de los discursos de Benito Jerónimo Feijoo en su obra “Teatro crítico universal”, pues en él trata de desmontar el carácter sagrado, mágico o religioso de la costumbre.

El Papa Clemente VIII ya condenó a finales del s. XVI la celebración del ritual por “supersticiosa, gentílica e idolátrica”. Eso, unido a sucesos provocados por los toros en diversos pueblos, tanto en el interior de los templos como en las vías públicas, provocando daños materiales, heridos e incluso fallecidos, conllevó a la expresa prohibición del rito del Toro de San Marcos por el rey Fernando VI en el año 1753.


No obstante, esa prohibición se obvió en algunas localidades, ya sea por aislamiento geográfico, arraigo cultural o empecinamiento vecinal. Así, veinte años después de la abolición real seguía celebrándose la tradición en El Castillo de las Guardas, Alosno y otros pueblos de la provincia de Huelva, pues en una Carta Orden del Real Consejo de Castilla de 22 de enero de 1773, dirigida a la Audiencia de Sevilla, se ordenó prohibir que se continuase llevando al toro en procesión en esas localidades. Se cuenta también que la tradición se mantenía en Casas de don Gómez y en Marvao a principios del siglo XX, y que en Talayuela hubo quienes quisieron seguirla hasta, incluso, en los años sesenta del pasado siglo.


Que el rito se siga celebrando en alguna localidad siguiendo el protocolo marcado en el siglo XV está, por supuesto, descartado. Pero lo que sí se puede afirmar es que el espíritu del rito del Toro de San Marcos aún perdura en nuestros días.

Para asegurarlo, basta con citar los ejemplos de dos localidades de Andalucía: Beas de Segura (Jaén) y Ohanes (Almería).

Respecto al origen de las celebraciones para festejar a San Marcos que tienen lugar en la localidad jienense de Beas de Segura no se puede asegurar que traigan causa del rito, dada la falta de documentación en los archivos. Sólo se cuenta con versiones que se han transmitido de forma oral y que, además, harían referencia a causas distintas respecto a su origen.

Una de las versiones se remontaría a 1575 y hace referencia a la supuesta intervención de Santa Teresa de Jesús para controlar, amansar y atar a un toro o buey que andaba suelto por Beas de Segura y sembrando el pánico entre sus vecinos tras soltarse del yugo en que estaba uncido para realizar labores de arrastre en las obras del Convento de Monjas Carmelitas Descalzas de San José del Salvador. Y se dice que aquel extraordinario acontecimiento se empezó a festejar en los años sucesivos corriendo por las calles de Beas una o varias reses ensogadas por los cuernos y engalanadas de forma vistosa.

Otra versión habla de una epidemia de glosopeda que diezmaba el ganado vacuno de la localidad y que misteriosamente cesó un 25 de abril, hecho que la población atribuyó al santo de la fecha; y, en señal de agradecimiento, se estableció un voto colectivo consistente en entregar anualmente dos becerros a la Iglesia para que, después de acompañar a San Marcos en la procesión, fuesen vendidos y con el dinero se atendiese a los pobres de la localidad.
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Sobre este particular, hay que dejar constancia de lo que consta en el capítulo 52 de las respuestas que dio la villa de Beas a las Relaciones Topográficas del rey Felipe II (1575):

"... Ansí mismo hay voto en esta villa, día de Señor San Marcos, que no se matan ningunas carnes ni se pesan, ni abren las carnecerías de esta villa. Lo cual se prometió en voto en años pasados, por grandes infortunios e plagas de la langosta. No se sabe el tiempo que ha que se prometió el voto, mas que de tiempo inmemorial a esta parte se tiene y guarda".
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Ambas versiones nos alejarían del rito del Toro de San Marcos. No obstante, la lejanía no es tanta: en una versión, la de Santa Teresa de Jesús, se relata un hecho que también hace referencia a la intervención de una santa ante un animal fuerte y fiero convirtiéndolo en manso, como en el rito de San Marcos; mientras que en la otra estaríamos ante un voto específico al Evangelista como garante de la ganadería.

Además, en el programa que se sigue actualmente en Beas de Segura hay actos que nos recuerdan a los del viejo rito: la llegada de los toros el día del víspera, su ornato, aunque aquí sea a base de un collar de campanillas y cascabeles así como un aparejo bordado sobre el lomo (acción que se conoce por “cascar” las reses), la procesión con la imagen de San Marcos sobre una carreta de la que tiran dos reses domadas y un hecho que ocurría antes de la entrada en vigor del actual reglamento de festejos taurinos populares, que las reses que intervenían en la celebración eran luego devueltas a sus vacadas.

En todo caso, Beas de Segura es la localidad que, en la actualidad y de forma generalizada, “más asociamos” con el Toro de San Marcos. Algo que está bien, pero...


Hay otro pueblo, también andaluz, que celebra el día de San Marcos, y que lo hace siguiendo un ritual que, en este caso, sí parece estrechamente relacionado con el rito del Toro de San Marcos.

En las últimas estribaciones de la falda sureña de Sierra Nevada, ya en la provincia de Almería, está situado Ohanes. En este pueblo alpujarreño la fiesta por antonomasia es la de San Marcos y se celebra el domingo más próximo al día 25 de abril.


Pues bien, el acto central de la fiesta de Ohanes es la procesión del santo y durante la misma se sigue cumpliendo una antigua tradición popular: que unos toros se postren por ocho veces para reverenciar la imagen de San Marcos.

Según cuentan, es una fiesta que dataría del siglo XV, cuando los árabes fueron expulsados de Andalucía y un grupo de agricultores y ganaderos decidieron recoger dádivas para tallar una imagen de San Marcos. También dice la tradición que por esas fechas fue fundada en honor a este santo una hermandad, que sería la que introdujo la “adoración” del toro a San Marcos. Pero tampoco se cuenta con una prueba acreditativa de todo ello. La primera cita documental es del siglo XVIII y sólo son unas cuentas de gastos para toros. Todo lo anterior, según nos informan en la web oficial del Ayuntamiento y en un blog de la villa de Ohanes.


Como ya hice antes, voy a plasmar una reflexión personal. Sabemos que el foco de celebración del rito del Toro de San Marcos estaba en la provincia de Cáceres y que se extendía, aunque con muchos menos puntos de seguimiento, por el occidente peninsular; y, curiosamente, por algunas provincias de Andalucía. Se desconoce el motivo. Sí sabemos, en cambio, que según avanzaban las huestes cristianas en la Reconquista se fomentaban procesos de repoblación con grupos de personas de regiones ya ganadas a los árabes y, por tanto, cristianizadas. Por ello, me atrevo a pensar que una posible causa de la extensión del rito del Toro de San Marcos por Andalucía podría venir derivada de esos procesos de repoblación, en los que el hombre habría trasladado con él a su familia, sus enseres y sus costumbre o tradiciones.


En Ohanes no cabe hablar de unos toros amansados milagrosamente, pues éstos mantienen su bravura; ni de toros que vayan sueltos en la procesión junto a la imagen de San Marcos, pues van enmaromados; ni de toros que dócilmente reverencien al santo, pues son los propios mozos de Ohanes los que les obligan a arrodillarse...

Pero estamos, sin duda, ante una representación de ese viejo rito que, no se sabe desde cuando, se oficiaba en muchos lugares de España, ese rito en el que el Toro es el protagonista: el rito del Toro de San Marcos. Ese rito que nos evoca una copla que decía:

Ven conmigo a (...)
a la feria de San Marcos;
allí verás un torito,
arrodillado ante el santo.


(...)


NOTA: el dibujo de Pablo Moreno Alcolado puede ser tomado para su inclusión en otros espacios de la red, pero con las condiciones de que se deje constancia de su autoría y se ponga un enlace a esta bitácora. La fotografía del monumento al Toro Ensogado de Beas de Segura está tomada de la web del Ayuntamiento; por otro lado, la foto de la talla de San Marcos es del blog “ohanesconh”. Y ruego que se me permita mantener sus reproducciones, pues no tengo fines lucrativos con esta bitácora.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Valla entrada, muy buena la investigación e interesantes las reflexiones personales.

Arroyo del Ojanco tambien celebra el toro de San Marcos no?

Un saludo y enhorabuena.

Carlos de Cuéllar.

Mabeltranh dijo...

Brillantísima investigación en todo lo que rodea al eje S.Marcos-Toro, para quitarse el sombrero.

En Arroyo del Ojanco, también celebran estos festejos.

Añado una anécdota muy curiosa (la cual me sobrecoge), respecto a su acertada reflexión en cuanto el vinculo Toro-S.Marcos y mejora de cosechas.
Como bien dices, en un principio, en Beas de Segura, se usaban las reses, con las que las gentes del campo araban sus tierras. Usaban vacas y toros bravos al ser más pequeños, pero poseer mayor ímpetu; útil en unas tierras muy difíciles por ser pedregosas y de gran pendiente. Cuando llegaba el día señalado para celebrar S.Marcos, las reses eran conducidas a pie, en parejas uncidas por un yugo. Aún estando domadas para las faenas agrícolas, estos animales mostraban su fiereza, cuando eran soltadas en el centro del pueblo, para la festividad de S.Marcos.

Desgraciadamente hoy en día esto no se puede hacer. Es un claro ejemplo de como las normativas de la administraciones, puede dañar las tradiciones de un pueblo sin ningún miramiento. En Andalucía el Reglamento de Festjos Populares, prohibe la utilización de reses no inscritas en el Libro Genealógico de Ganado de Lidia, por lo que estos animales no pueden ser usados, además que en dicha Comunidad Autónoma, todo animal exhibido debe acabar en matadero.

Quería hacer saber esto, como homenaje a los románticos que 20 años depués de la entrada en vigor de esta Ley, todavía crían y doman ganado con estas características, tal como hicieran sus antecesores, soñando con que algún día puedan volver a mostrarlas orgullosos para la festividad de S.Marcos

Lo dicho, enhorabuena y ¡VIVA SAN MARCOS!

ROBERTO dijo...

Otra vez mas hay que quitarse el sombrero ante esta nueva entrada,ya que nos da una lección de historia y toros;y al igual que el amigo Carlos le felicito por la labor de investigación y por sintetizar tantos datos para hacernos una lectura mas amena y comprensible.Un saludo.

Anónimo dijo...

No creo que haya mucho más que añadir.... buenisimo.

Y no me puedo contener.... "Y que luego digan que esto de los toros no es cultura..."

Un abrazo

Jarrito

Mariano (Yunquera) dijo...

Espectacular la entrada Sr Lagun. Mis más sinceras felicitaciones

Un tema muy interesante el del Toro de San Marcos y que he aprendido mucho porque yo pensaba que sólamente el Toro de San Marcos se daba en Beas y Arroyo y mira por donde que no es así y que detrás de todo esto hay una larga historía.

Y ya que estamos con el Toro de San Marcos le animo Sr Lagun que algún día nos muestres una entrada con los diferentes historias y maneras de ver el toro de cuerda en diversas poblaciones de España (Beas, Benavente, Chiva, Onteniente, Lodosa ...)que seguro que las hay.

Saludos de un amigo

LAGUN dijo...

A todos los que habéis intervenido hasta ahora (Carlos, Mabeltranh, Roberto, Jarrito y Mariano) os quiero dar las gracias por vuestros comentarios.

Que se considere que la entrada esté mejor o peor, siempre dependerá; irá en gustos. Yo lo que he pretendido con este texto es dar a conocer algunos apuntes del rito del Toro de San Marcos. Y me alegro de que esté sirviendo para ese fin.

En Arroyo del Ojanco, efectivamente, también se celebra San Marcos. Y, que conste, no es que haya querido obviar a este pueblo, lo único que he hecho es citar dos ejemplos: Beas y Ohanes.

Y a Mariano, aparte de mandarle un abrazo, quiero decirle sobre su proposición de temas que todo se andará.

Un saludo compañeros.

Marina dijo...

Bueno, pues ya habrás visto que he entrado varias veces y he leido la entrada de a poquito para enterarme bien. Había oido del toro de San Marcos y de las celebraciones, entre otras cosas por cercanía geográfica, pero no tenía, ni de lejos, tanta información. Creo que es cierto eso de que el toro es cultura, como dice el comentarista anónimo, muchas de las celebraciones y fietas vienen unidas a él y las fiestas religiosas siempre están unidas a los festejos taurinos, al menos en lo poco que yo he leído.

Me he encontrado con una frase en una de mis lecturas, que no entiendo, aunque la he utilizado, es la siguiente: "Las celebraciones fueron con misa, luminarias y toros". ¿Sabes tú que son las luminarias?.

Muy buena entrada y muy didáctica (jajajaj esto es deformación profesional)
¿Cómo va el libro?
Un abrazote

LAGUN dijo...

Marina:

Bienvenida de nuevo y... gracias por tu comentario.

Respecto a la duda que te asalta sobre las "luminarias" y la frase que entrecomillas: "Las celebraciones fueron con misa, luminarias y toros".

La(s) luminaria(s) era una luz, lumbre o fuego que se colocaba en ventanas, torres o calles para festejar algún acontecimiento. Incluso se encendían luminarias en los caminos al paso de comitivas reales. Un método, cuando menos medieval, de mostrar regocijo público o que se utilizaba en señal de fiesta.

Y me ha alegrado tu pregunta porque en mi pueblo, que es de esos que fue devorado vorazmente en la segunda mitad del siglo XX por el urbanismo desaforado, había la costumbre de encender "luminarias" en las calles la víspera de San Isidro, al caer la noche. Costumbre que se ha perdido, desgraciadamente.
También solían hacer una gran "luminaria" los quintos; y digo solían porque dejó de hacerse incluso antes de que quitaran la mili.

Ese es el significado de las luminarias.

Por cierto: mándame un correo dándome más detalles de esa frase que citas; a ser posible, de todos los detalles.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Poco mas se puede decir. Dar las gracias y animar al autor de este blog a seguir.

Saludos. Seguiremos visitando asiduamente este rincón.

Rubén.

ivan fuenla dijo...

Interesante entrada, ayudandonos a entender mejor la tradicion del toro en san marcos.

Muchos aspectos desconociodos por lo menos para mi y unas fechas en las que se nos acumulan festejos, haciendonos imposible asistir a todos y teniendo que elegir unos y descartar otros a los que en otras fechas no faltariamos, un saludo

LAGUN dijo...

Iván, ya sabes: elige pueblo, suerte y al toro.

Y Rubén: como creo que es la primera vez que dejas un comentario, quiero darte la bienvenida y decirte que soy yo el que debe daros las gracias a todos vosotros por entrar a esta bitácora.

Un abrazo a ambos.

Inma dijo...

Hola,muy buen blog.
Tiene unas entradas bien hechas acompañadas de un trabajo de investigación.Felicidades.

Sin embargo,me ha parecido que en alguna foto (concretamente en la de san marcos en Ohanes), no has puesto el nombre del autor.

Saludos!

LAGUN dijo...

¡Hola Inma!
En primer lugar, agradecerte tanto tu visita a mi blog como tu felicitación.
Respecto a tu otra apreciación, la referente a que no he puesto el nombre del autor de la foto de San Marcos, en Ohanes, te comento que suelo poner siempre la fuente (salvo olvido involuntario y en este caso concreto en la NOTA final de mi texto puedes ver que hice constar la siguiente frase: "la foto de la talla de San Marcos es del blog ohanesconh", y además puse un enlace a dicho blog. Si no puse el nombre del autor de la foto es porque, si no recuerdo mal, allí no lo ponía.
No obstante, como habrás podido ver, también suelo poner ese dato cuando lo conozco, por lo que si sabes quien es dicho fotógrafo te rogaría que me lo comunicaras para incluirlo también.
Un abrazo. No dudes en darme ese dato y lo incluiré. ¡Gracias!