Concepto básico
Se denomina “Toro Ensogado” a la modalidad de festejo taurino popular consistente en la suelta en una localidad de una res vacuna con una o varias sogas fijadas a su cuerpo para poder controlar sus movimientos y embestidas.
Se trata de una ancestral costumbre de festejo taurino popular que tuvo en la antigüedad una gran importancia y difusión en toda la Península Ibérica, y que aún se conserva en un centenar de localidades.
Esa denominación genérica no es la única con la que se le conoce a este festejo, ya que a lo largo y ancho de la Península, y con independencia de los títulos específicos que recibe en cada población, se le denomina con otros nombres genéricos, como son los de toro enmaromado, toro de soga, toro de cuerda, bou en corda, bou capllaçat, sokamuturra... y gayumbo, que es una voz antigua con la que se le conoció en otras épocas y que da título a un cuadro de Francisco de Goya.
Variantes más comunes de toro ensogado
La riqueza que atesora la Península Ibérica en sus manifestaciones culturales también se manifiesta en los festejos taurinos populares en general y en el Toro Ensogado en particular, ya que cada localidad celebra su festejo con toro ensogado incorporando al concepto básico unas variantes provenientes de costumbres ancestrales heredadas que le otorgan una originalidad singular.
Existen variantes en todos los elementos y aspectos del festejo, por lo que tratar de detallarlas todas resultaría prácticamente imposible y sólo cabe apuntar algunas de las más comunes y dar algún ejemplo de las mismas.
Respecto al propio festejo:
- Hay localidades, como Ohanes (Almería) o Pina de Ebro (Zaragoza), en las que el festejo va intrínsecamente unido a otro acto que tiene carácter religioso y se enmarca dentro de un conjunto de manifestaciones culturales, por lo que las reses no llegan a ser soltadas totalmente.
- No obstante, la inmensa mayoría de festejos con toros ensogados sí que consisten en una verdadera suelta de reses para ser corridas por los mozos.
Grazalema (2008). Foto: Peña del Lunes del Toro de Cuerda. Fuente: http://www.lunesdeltorodecuerda.com/
Respecto a la res:
- Lo más común es que la res que se suelte sea un toro, como ocurre en Grazalema (Cádiz), Chiva (Valencia) o Lodosa (Navarra), entre otros; pero hay alguna localidad en la que únicamente se celebra con vacas, como Torroella de Montgrí (Gerona) o La Puebla de Montalbán (Toledo), y también las hay donde la suelta es tanto de machos como de hembras, siendo Beas de Segura (Jaén) el ejemplo más típico.
Beas de Segura (2009). Foto: Emilio Navarro (Ojosapiens). Fuente: http://www.ojosapiens.eu/
- Además, se puede abrir más el abanico dentro de este apartado si se tiene en cuenta que, cuando el protagonista del festejo es un macho, hay festejos en los que se utilizan ejemplares de media casta, como en Allariz (Orense), mientras que en la mayoría de festejos se sueltan reses bravas.
- Hay festejos en los que las astas de las reses van enfundadas, como es el caso de Ontinyent (Valencia); mientras que en otros muchos no es así.
- Otro criterio diferenciador dentro de este grupo viene derivado del hecho de que, aunque nunca se realice de cara al público, el animal suela ser sacrificado al final del festejo, como en Benavente (Zamora), o que no lo sea, que es el caso de Chiva (Valencia) o de las sokamuturras, en general.
Respecto a la soga:
- Salvo en una minoría de lugares en los que a la res se la amarra con varias sogas: Ohanes (Almería) o Fornalutx (Mallorca), en la mayoría se utiliza una única maroma, cuya longitud varía: en San Roque (Cádiz) se utiliza una muy corta, mientras que la más larga puede que sea la de Benavente (Zamora).
- Por otro lado, mientras en la práctica totalidad de la Península la maroma se amarra a los cuernos de la res, en las sokamuturras es típico anudarla al cuello y engancharla a un gran collar con cascabeles que portan los animales.
- Ya entrando en cuestiones de detalle, si en muchos pueblos se ata a la res con una maroma simple y sin ningún tipo de adorno ni de complemento, en otros la zona de la cuerda que está en contacto directo con la cabeza del animal tiene una banda para protegerlo de rozaduras; e, incluso, los hay que llevan elementos decorativos, como se hace en Chiva (Valencia).
Chiva (2007). Foto: Emilio Navarro (Ojosapiens). Fuente: http://www.ojosapiens.eu/
- Una variante de algunos pueblos del País Vasco, como Azpeitia (Guipúzcoa), es la de anclar la cuerda a un punto del recorrido, o a varios que se usan correlativamente, siendo la longitud de la soga la que limita el movimiento de la res.
Respecto a la actitud de los mozos:
- Los mozos suelen llevar más dominado al animal en aquellos festejos en que es sujetado con varias maromas, como en Fornalutx (Mallorca).
- Pero su actitud es más variable en los pueblos donde la res está fijada por una única soga. En Benavente (Zamora) siempre debe haber mozos llevando la maroma por delante de la res, para así poder marcarla un recorrido prefijado que hay que cumplir. En otros pueblos en los que la tradición no señala un itinerario obligatorio, los mozos simplemente intentan llevar siempre la soga sujeta por delante, para ser ellos los que decidan el recorrido que ha de seguir el animal, como ocurre en Chiva (Valencia) o en Grazalema (Cádiz), por ejemplo; aunque también hay momentos en los que eso no ocurre por las circunstancias que se derivan del festejo, del recorrido o de las embestidas del animal. En cambio, en Lodosa (Navarra) los mozos siempre dejan suelta la maroma para que el toro se mueva a su libre albedrío y sólo la sujetan cuando resulta estrictamente necesario dirigir a la res o controlar sus embestidas.
Lodosa (2008) ... Foto cedida por Mikel Leza.
Respecto al recorrido:
- Tal y como solía ser norma común en la antigüedad y esencia del Toro Ensogado, en Lodosa (Navarra) no se coloca ningún tipo de vallado, por lo que la res puede aparecer en cualquier punto de la población.
- En la mayoría, y normalmente por obligación legislativa, sí que se delimita el espacio, pero también hay que distinguir entre recorridos lineales, como el de San Roque (Cádiz), y los compuestos de varias calles y plazas en un área más o menos amplio, tal y como queda delimitado el de Grazalema (Cádiz).
Origen
No existe ninguna fuente que nos indique el auténtico origen de los festejos con toros ensogados. Pero, en sintonía con Francisco J. Flores Arroyuelo (“Correr los toros en España – Del monte a la plaza”), parece lógico convenir que esta práctica trae causa del traslado hasta el poblado que el hombre prehistórico debía realizar con los toros primitivos (los uros) que cazaba vivos en el campo; para lo que se servía, entre otros elementos o técnicas, de maromas con las que poder controlarlos y conducirlos hasta el recinto en el que serían encerrados, sin que en aquellas acciones, lógicamente, faltasen carreras, desplantes, así como sustos, golpes y hasta cogidas.
Además, como el hombre rindió culto al Toro desde la prehistoria, también necesitó trasladar toros vivos hasta su poblado para celebrar ceremonias de fertilidad, por un lado, y ritos de sacrificios, por otro. Por lo que en la acción humana de introducir en su poblado a toros ensogados, además de contar con vínculos cinegéticos, también hay nexos con la celebración de rituales.
Es en esta línea donde se encuadran contribuciones de historiadores del toreo como el Conde de las Navas, el Conde de las Almenas y el Marqués de San Juan de Piedras Albas, que conforman la tesis de que las fiestas populares de toros tienen un origen prehistórico e ibérico, ligado primero a actividades cinegéticas y, posteriormente, a la institución del sacrificio y, por tanto, a la esfera de las creencias mágico-religiosas.
Del mismo modo, Pedro Romero de Solís, Manuel Delgado o Julián Pitt-Rivers defienden que los festejos taurinos populares tienen su origen en rituales de sacrificios. Pero Álvarez de Miranda, en cambio, mantiene que provienen de rituales asociados al culto a la fecundidad y la fertilidad, en los que el hombre pretendía apropiarse del poder genésico del toro a través del contacto con él, sin que fuese preciso ni la muerte del animal ni el consumo de su carne.
En todo caso, lo que resulta evidente es que todas aquellas ancestrales creencias desaparecieron y que perduraron algunas de las prácticas taurinas que se realizaban en base a ellas, aunque evolucionando en las formas, en su trasfondo esencial e, incluso, adaptándose a nuevas civilizaciones y nuevos credos, como ocurre en el caso del cristianismo.
En ese sentido, Juan Carlos Olivares Pedreño plantea en su estudio “El dios indígena Bandua y el rito del Toro de San Marcos” que el origen del Toro de San Marcos podría estar en rituales que se debieron realizar en honor del dios Bandua, que era una deidad peninsular prerromana; por lo que se trataría de un rito que, evolucionando, logró sobrevivir hasta la Edad Media, y un ejemplo de la supervivencia en el Medievo de ancestrales ritos taurinos.
Volviendo a citar al Conde de las Navas, en su libro “La fiesta más nacional” da cuenta de una carta de Francisco Fernández y González, fechada en 1896, en la que se hace referencia a una crónica latina del siglo XII que menciona la repetición en Castilla de una fiesta muy usada entre los romanos y de orden semejante a correr vacas enmaromadas. Consistía en atar los cuernos de un toro con una maroma, al cual llamaban la atención por ambos lados.
Y es que, en efecto, los festejos de toros ensogados tuvieron en la Península Ibérica su momento de mayor auge en plena Edad Media. Así lo demuestran documentos como el Fuero de Tudela, también llamado de Sobrarbe (s. XII), el Fuero de Albarracín (s. XIII), las Cantigas de Alfonso X el Sabio (s. XIII) y muy diversas crónicas medievales.
Sydney Crocker & Blich Barker. Museo Zumalacárregui. Fuente: http://www.gipuzkoakultura.net/
Julio Caro Baroja, en su libro “El estío festivo”, encuadra a los festejos de toros ensogados que se practicaban en la Edad Media como juegos propios de fiestas familiares. Estas fiestas en las que se corrían toros ensogados se solían celebrar por diferentes motivos: festejar visitas de grandes personalidades, ordenaciones de sacerdotes, nacimientos, bautizos, esponsales y casamientos (estrechamente vinculados al específico rito del “Toro Nupcial”, que solía ser un toro ensogado y traía causa de antiguos rituales de fertilidad). También hay que resaltar que los festejos de toros ensogados que se celebraban por votos a santos patrones se extendieron por la península en los siglos XIV y XV, y muchos de los que han sobrevivido son herencia de ellos.
Si los espectáculos taurinos a pie, entre los que se encuadraban los festejos populares, tuvieron ya con Alfonso X el Sabio una norma restrictiva, sería en el siglo XVI cuando estuvieron cerca de ser prohibidos por las disposiciones de las más altas esferas de la Iglesia, especialmente por la bula de Pío V, “De salutis gregis dominici”, de 1567. Pero la fecha más negra para los festejos de toros ensogados es el 30 de agosto de 1790, la de la “Real Provisión de los Señores del Consejo por la cual se prohíbe por punto general el abuso de correr por las calles novillos y toros que llaman de cuerda, así de día como de noche”, que fue firmada por Carlos IV.
Debemos imaginar que con aquella Real Provisión de 1790 desaparecieron muchos festejos de toros ensogados. ¡Pero no todos! La gran tradición y la gran afición del pueblo llano, especialmente, consiguió que sobrevivieran un buen número de festejos y, con ellos, el antiguo rito del Toro Ensogado.
Localidades en las que actualmente se siguen celebrando festejos de toros ensogados
Distribución geográfica del Toro Ensogado
El ancestral festejo del Toro Ensogado se sigue conservando y celebrando en un centenar de localidades correspondientes a veintiséis provincias de España más otras dos de la vecina Portugal, que sepamos.
No se puede decir que sea alto el número de poblaciones con festejos de toros ensogados, ni tampoco que su distribución geográfica sea uniforme; por lo que no debe llevar a engaños el elevado número de provincias donde se sigue celebrando. Así, sería mucho más exacto decir que este antiguo rito taurino se conserva en algunas localidades de seis o siete comarcas del territorio peninsular, con el añadido de unas pocas poblaciones aisladas en las que aún se mantiene por la arraigada afición de sus vecinos.
Y es que, no hay que negarlo, los festejos de toros ensogados mantienen una dura pugna por su supervivencia desde hace más de cinco siglos, en los que vienen deseando su desaparición gobernantes y dirigentes de las distintas épocas y regímenes habidos. Algo que, íntimamente, también anhelan los de hoy en día, pues en la mayoría de los reglamentos autonómicos de festejos taurinos populares se prohíbe esta modalidad, si bien permiten que se sigan celebrando en aquellas localidades que tienen una tradición acreditada.
A continuación se ofrece la relación de localidades agrupadas en comunidades autónomas. En el bien entendido de que es una lista abierta, pues siempre puede haber alguna población que celebre festejos de toros ensogados y no aparezca incluida; aunque será mucho más fácil lo contrario: que aparezca relacionada alguna localidad que, desgraciadamente, haya dejado de celebrar toros ensogados en los últimos años y debamos sacarla del listado.
Andalucía
El festejo taurino popular más propio de Andalucía es, precisamente, el del Toro Ensogado, o Toro de Cuerda, que es la denominación genérica más común en esa comunidad. Dentro de su ámbito territorial se encuentra una de las comarcas señeras en este tipo de festejos: la Sierra de Grazalema; pero también cuenta con una población que tiene uno de los festejos de nuestro país con mayor tradición y fama: Beas de Segura y su Toro de San Marcos.
Andalucía tiene festejos con toro ensogado en Cádiz: Benamahoma, Benaocaz, Grazalema, San Roque y Villaluenga del Rosario; en Jaén: Beas de Segura y Arroyo del Ojanco; en Córdoba: Carcabuey; en Huelva: Villalba del Alcor; en Málaga: Gaucín; y en Almería: Ohanes.
El festejo de Ohanes se diferencia claramente del resto, pues queda enmarcado dentro del conjunto de una procesión religiosa, siendo su esencia una clara muestra de lo que debió ser el rito del Toro de San Marcos en la Edad Media. También están dedicados a San Marcos los festejos de Arroyo del Ojanco y Beas de Segura, pero ambos tienen una idiosincrasia muy particular, tanto por la gran cantidad de reses que se sueltan como por el protocolo que se sigue con cada una de ellas antes y después de ser “cascadas”, lo que conlleva que cada animal tenga que pasar por una cadena de actos distintos que se alargan durante varios días.
Menos protocolarios, pero más cercanos al espíritu de lo que fue el Toro Ensogado en épocas pretéritas son los festejos de la Sierra de Grazalema, entre los que destaca el de la localidad que da nombre a la comarca.
El Toro de Cuerda de Grazalema
Grazalema (2008). Foto: Peña del Lunes del Toro de Cuerda. Fuente: http://www.lunesdeltorodecuerda.com/
Se desconoce el origen de este festejo, pero hay teorías que llegan hasta afirmar que podría provenir de un antiguo rito céltico que tendría más de dos mil años de antigüedad. Sin pretender negar lo anterior, lo más probable es que la introducción de este festejo en la Sierra de Grazalema sea debida a repobladores cristianos de tierras ganaderas de Castilla.
Se cuenta que, de un antiguo festejo popular que se celebraba en la población al aprovechar los días que los ganaderos volvían con sus reses al pueblo tras haber pasado el invierno pastando en otros prados, los monjes Carmelistas Descalzos lo habrían cristianizado en el siglo XVIII a cambio de financiar el rito taurino popular y dedicarlo a honrar la festividad de la Virgen del Carmen.
El Toro de Cuerda de Grazalema se celebra el lunes siguiente al día 16 de julio, que es la festividad de la Virgen del Carmen. A las ocho de la mañana se suelta en la parte alta del pueblo al toro para que descienda por las empinadas calles de la localidad hasta llegar a la parte baja, donde es encerrado. Al mediodía se le vuelve a soltar, y los mozos, procurando llevar la maroma siempre por delante de la res, se afanan por que el toro vuelva a subir a la zona alta de Grazalema para volver a bajarlo después. Por la tarde se procede a realizar una nueva suelta.
En los últimos años se han llegado a correr hasta tres toros, pero siempre por separado.
Aragón
En la Comunidad Autónoma de Aragón tenemos toros ensogados en Albentosa, Aliaga, Calamocha, Cedrillas, Cella, Rubielos de Mora, Sarrión, Teruel y Utrillas (Teruel), así como en Pina de Ebro (Zaragoza).
Tres son los festejos con toro ensogado que destacan en la comunidad:
El Toro de Sogas, de Pina de Ebro: La procesión de San Juan va encabezada por un toro ensogado por las astas, con un cabo por delante y otro por detrás para que los mozos puedan controlarlo. Un festejo cuyo origen va unido a una leyenda del siglo XII que dice que los cofrades de San Juan decidieron llevar todos los años un toro en la procesión porque, cuando unos árabes les impedían sacar al santo en procesión, sorpresivamente apareció un toro que arremetió contra los infieles y los obligó a huir.
El Toro Ensogado de Rubielos de Mora
Rubielos de Mora (2009). Foto: José Ángel Barea. Fuente: “vaquilladelangel.blogspot.com”
El 16 de julio, que es la festividad de la Virgen del Carmen, se suelta por las calles de la localidad un toro sujeto por una única maroma que los sogueros tienen obligación de llevar siempre por delante. Se trata de una tradición que se remonta a 1620.
La Vaquilla del Ángel, de Teruel. El segundo fin de semana de julio se celebra en Teruel la fiesta de su patrón: el santo Ángel, y uno de los actos más emblemáticos es la suelta por la ciudad de un toro que es conducido por los mozos con dos sogas que lleva amarradas a sus astas. Una tradición que no tiene un origen definido, pues según una teoría se remontaría al s. XIV, mientras que otra lo sitúa en el s. XVII. Después de sufrir varias prohibiciones, se restableció en 1931 y, tras la Guerra Civil, tomó tal auge que desde 1949 son cuatro los toros que se corren.
Castilla – La Mancha
Cuatro son las localidades castellano-manchegas que conservan festejos con reses ensogadas: La Puebla de Montalbán, Villaluenga de La Sagra y Yuncos, en la provincia de Toledo; más la ciudad de Cuenca.
La Vaca Enmaromada de La Puebla de Montalbán
La Puebla de Montalbán (2009). Foto: Raúl Barbero. Fuente: “raulbarbero.blogspot.com”
Las fiestas en honor en honor del Cristo de la Caridad se vienen celebrando en La Puebla de Montalbán desde 1598, en virtud de un voto que hizo el pueblo cuando una peste estuvo a punto de acabar con la población de esta villa. Uno de los actos más esperados en la actualidad es la suelta de su tradicional vaca enmaromada.
Castilla y León
Unos pocos pueblos de la Comunidad Autónoma de Castilla y León logran conservar sus festejos con toros ensogados: Alija del Infantado, en León; Astudillo, en Palencia; Mucientes, Palazuelo de Vedija, Torrelobatón y Villafrechós, en Valladolid; así como Villarín de Campos y Benavente, en Zamora.
Es más, posiblemente alguno de los mencionados ya no formará parte de esa lista por la fuerte presión que vienen soportando desde hace años.
El Toro Enmaromado de Benavente
Benavente (2005). Foto: Emilio Navarro (Ojosapiens). Fuente: http://www.ojosapiens.eu/
Hay muchas versiones de la presunta leyenda sobre el origen del Toro Enmaromado de Benavente. Una de ellas dice que un día que la condesa y su hijo paseaban por las afueras de la muralla se les vino encima un toro que aquella jornada se corría en la localidad, matando al joven en su embestida, por lo que se obligó a partir de entonces a que los toros en Benavente se corriesen enmaromados para que no ocurriese otro incidente parecido.
Lo documentalmente acreditado es que se tienen noticias de juegos de toros en Benavente desde los siglos XV y XVI y que en el s. XVII aparecen las primeras referencias de festejos de un toro enmaromado relacionados con la fecha del Corpus Christi. Desde dicho siglo se viene celebrando este antiguo rito en Benavente, aunque hubo circunstancias históricas que afectaron de forma temporal la continuidad del festejo.
Su suelta tiene lugar en la tarde de la víspera del Corpus. Y ese, el momento de la salida del toril, es el momento más espectacular del festejo. Luego, la carrera discurre por un recorrido urbano que es fijo y que los mozos tratan de que cumpla el toro, llevando siempre por delante la larga maroma que el toro tiene sujeta a sus astas.
El festejo concluye siempre con el sacrificio del animal en unas dependencias municipales.
Cataluña
En Cataluña es la comunidad autónoma donde se observa una mayor oposición ciudadana contra los festejos taurinos, y muy especialmente contra los de naturaleza popular. Por contra, en este ámbito de los festejos taurinos populares hay una comarca catalana que siente pasión por los correbous y que tiene una larga tradición de bous ensogats. Esa comarca es conocida como Terres de l’Ebre, las Tierras del Ebro: Les Cases d’Alcanar, El Ligallo de Ganguil, Sant Carles de la Rápita, Sant Jaume D’Enveja y, a la cabeza de todas estas localidades de Tarragona situadas en el Delta del Ebro, Amposta.
Pero, además, Cataluña también cuenta con una localidad de la provincia de Gerona en la que se celebra un festejo taurino popular de reses ensogadas: Torroella de Montgrí. Un caso curioso, pues la iniciativa parte de una peña cuyos miembros son oriundos de Beas de Segura y organizan en el mes de agosto unos festejos con vaquillas al estilo de su localidad de origen.
El Bou Capllaçat de Amposta
Amposta. Foto: ACN. Fuente: http://www.diaridetarragona.com/
Se tienen noticias de la existencia en Amposta del festejo de Bou Capllaçat desde finales del s. XIX, cuando en la víspera de la Mare de Déu d’Agost tenía lugar la primera salida; pero de todo el ámbito territorial catalán ya se tiene constancia de bous capllaçats en 1636, y se peinsa que ya se celebraba con anterioridad.
La nota más característica de la comarca es la forma de amarrar al toro: un lazo alrededor de las astas terminado en un cabo de un metro de longitud que es donde se amarran las dos sogas con las que se domina al toro.
Comunidad Valenciana
La Comunidad Valenciana, que siempre es un referente en materia de festejos taurinos populares, también cuenta con un buen número de localidades con toros ensogados. Es más, puede que sea la única comunidad autónoma donde estén surgiendo nuevos pueblos que celebran esta modalidad de festejo.
Alquerías de Santa Bárbara y Alquerías del Niño Perdido, en Castellón. Aielo de Malferit, Alborache, Bugarra, Chiva, Godelleta, Ontinyent, Turis, Vallada y Yátova, en Valencia.
De esta relación, las localidades que cuentan con un mayor renombre son Ontinyent y, sobre todo, Chiva.
Bou en Corda, de Ontinyent
Ontinyent (2007). Foto: Xequi. Fuente: http://www.flickr.com/
Con motivo de las fiestas de la Purísima Concepción, Ontinyent celebra el fin de semana anterior su tradicional Bou en Corda, que se remonta al año 1662 y que actualmente recorre las calles y plazas de la localidad entre un gentío de mozos y conducido a través de una maroma que los mozos suelen llevar por delante. El festejo cuenta con una acto previo muy particular: L’Embolà. Es el momento en el que se cubren las astas del toro con una peculiar funda que consiste en un cilindro de hierro cubierto en su parte delantera por una bola de tela a la que se le une una vaina de cuero sujeta por una cuerda muy fina.
Pero, sin duda, el festejo con toro ensogado más conocido de toda la Comunidad Valenciana es el que se celebra en Chiva los días 17, 18 y 19 de agosto en honor a la Virgen y san Roque.
El Torico de la Cuerda, de Chiva
Chiva (2006). Foto: Emilio Navarro (Ojosapiens). Fuente: http://www.ojosapiens.eu/
Según el historiador Mora Yuste, el documento más antiguo que se conserva sobre este festejo es de 17 de agosto de 1765; un año en el que, tras ser corrido el Toro durante tres días, fue subastado por los clavarios de San Roque y su importe entregado para la construcción del templo. Pero, como ya entonces se habla de tres día de bou, al igual que hoy, habría que suponer que el festejo en sí debe gozar de más antigüedad, pues normalmente los orígenes suelen tener siempre pretensiones más modestas. Así, el mismo autor señala otras fuentes en las que se habla de una cesión de un toro a Chiva por parte de ganaderos turolenses como pago por los pastos consumidos por sus ganados durante el invierno; lo que nos podría remontar a prácticas más remotas.
El astado es amarrado con una única cuerda que los mozos tratan de llevar siempre por delante de él, para dirigir el recorrido a seguir y, a falta de un itinerario fijo y obligatorio, algunos portadores de la maroma cumplen con la ilusión de llevar al Toro hasta la casa de sus padres, mujeres, novias o amigas.
Al contrario de lo que ocurre en otros pueblos, en Chiva no se sacrifica al Toro a la finalización del festejo; y durante el mismo el trato que se le dispensa es totalmente respetuoso.
Cabe destacar, por último, lo vistosa que resulta la soga de Chiva, al estar confeccionada en tres colores: azul, rojo y amarillo; y que, para minimizar el roce sobre el testuz del Toro, la cuerda lleva una badana, así como unos bordados y unas borlas de adorno, que se suelen presentar los mismos colores que aquella.
Galicia
En Galicia sólo hay una localidad que conserva una fiesta en la que el protagonista sea un toro ensogado. Se trata de Allariz, en Orense.
La Festa do Boi, de Allariz
O Boi, protagonista da festa. Fuente: http://www.festadoboi.com/
El origen de esta fiesta se remontaría al siglo XIV según una leyenda popular que dice que habitaba por entonces en Allariz una colonia judía que todos los años se burlaba de los cristianos en las celebraciones del Corpus Christi, originándose graves altercados; hasta que a un hidalgo de la localidad llamado Xan de Arzúa se le ocurrió en 1317 encabezar la procesión a lomos de un buey con el que, a base de embestidas del animal y los varazos que repartía el hidalgo, se consiguió dispersar a los judíos.
En memoria de aquel hecho, y sufragado por el capital dejado en testamento por el propio Xan de Arzúa, todos los años se corría un buey por las calles de Alariz durante el Hábeas, y no se abandonó la tradición hasta principios del siglo XX. Fue en 1983 cuando fue rescatado por un grupo de jóvenes de la localidad.
El sábado anterior al Corpus se realiza la prueba del buey: ni muy bravo ni manso debe ser. Luego, durante los ochos días siguientes se saca al buey ensogado y se suceden carreras amenizadas con música regional e interpretaciones simbólicas de aquel hecho legendario.
Islas Baleares
En las Islas Baleares se rindió culto al Toro en la antigüedad, lo que implica la celebración de rituales taurinos, pero en la actualidad sólo se celebra un festejo popular en todo el ámbito de la comunidad: la Baixada del Bou de Fornalutx.
La Baixada del Bou de Fornalutx
Fornalutx (2008). Foto: Cati Cladera. Fuente: http://www.elmundo.es/
Los festejos de una localidad se adaptan a sus tradiciones y en Fornalutx, para celebrar las fiestas su patrona, la Mare de Déu de la Natividad, es tradicional realizar la Baixada del Bou, que culmina con la coronación del Toro en la plaza del pueblo por una payesa.
Los mozos conducen a la res de forma controlada por las empinadas cuestas de Fornalutx, sirviéndose de una cuerda que, amarrada a la cabeza de la res, consta de dos cabos: uno que llevan los mozos por delante para guiar al Bou, y la que sostienen por detrás para controlarlo. Tras su coronación, el animal es trasladado a unas dependencias donde es sacrificado y su carne repartida y consumida.
La Rioja
Se corren toros ensogados en Barruelo, Cabretón, Cenicero y Rincón de Soto.
El Toro Ensogado de Cabretón
Cabretón. Foto: SANDA. Fuente: http://www.larioja.com/
Dentro del programa de actos en honor a la Virgen del Carmen, la localidad riojana de Cabretón celebra su festejo del Toro Ensogado.
Antiguamente, se compraban dos vacas para todos los días de la fiesta, y en el último se soltaban ensogadas por todo el pueblo y sin ningún tipo de vallado, siendo sacrificadas posteriormente. Actualmente, son dos toros los que se adquieren para el festejo concreto del Toro Ensogado.
De uno en uno, se sueltan en la plaza de la Iglesia y posteriormente se abre una de las puertas para correrlo por el pueblo siguiendo un recorrido que está vallado. Cuando finaliza el festejo ambos animales son sacrificados.
El Toro Ensogado de Cabretón, además de gozar de una gran tradición local, es uno de los más peculiares de La Rioja por la manera de enmaromar los toros: con una soga a cada cuerno.
Navarra
Lodosa es el único pueblo de Navarra donde se autoriza la celebración de un festejo con toro ensogado.
Lodosa (2009). Foto: Joseba Carnicer. Fuente: everyoneweb.es/toriviciao
El Toro Ensogado de Lodosa
Aunque se intuye que debe gozar de siglos de antigüedad por la tradición a este tipo de festejos que había en la región durante la Edad Media, la documentación existente en Lodosa sobre la celebración de este festejo únicamente nos remonta a 1892, que es el año en el que está fechado el documento más antiguo que se conserva en relación al Toro Ensogado.
La fecha de celebración es el tercer fin de semana de septiembre, que es cuando comienzan las fiestas en honor de la Virgen de las Angustias; pero ese viejo rito se revive en esta localidad navarra durante todos los fines de semana que median hasta la Virgen del Pilar.
El Toro se suelta en la plaza próxima al ayuntamiento y, desde allí, es él, el protagonista de la fiesta, el que elige el itinerario por el que discurrirá el festejo, pues los mozos no toman la cuerda salvo en casos absolutamente necesarios; de forma que el Toro Ensogado de Lodosa corre por las calles de la localidad con la soga siempre por detrás suya, sin un rumbo prefijado ni vallado que limite su carrera.
País Vasco
La Comunidad Autónoma del País Vasco no sólo es la región que cuenta con un mayor número de localidades donde se celebren festejos de reses ensogadas, es que su modalidad típica de festejo taurino popular es ésa: la sokamuturra.
Hondarribia (2009). Foto: José Manuel Jiménez. Fuente: www.sokamuturrak.com/
En Álava: Labastida; en Guipúzcoa: Aretxabaleta, Arrasate, Azkoitia, Azpeitia, Bergara, Deba, Elgoibar, Errenteria, Hernani, Hondarribia, Legazpia, Mendaro, Mutriku, Oiartzun, Oñate, Pasaia, Placencia, San Sebastián, Tolosa, Urnieta, Villabona y Zestoa; y en Vizcaya: Amorebieta, Bermeo, Derio, Durango, Guernica, Lekeitio y Sodupe en Vizcaya.
Ésa es la relación de localidades del País Vasco con festejos de reses ensogadas, de sokamuturras, que se viene manejando en artículos elaborados para el Congreso del Toro de Cuerda. Una lista que, dado el arraigo que existe en el País Vasco por las sokamuturras, puede que sea más amplia (y sería positivo que nos advirtiesen vía comentarios a este texto de otras poblaciones que las celebren para añadirlas al listado).
En el País Vasco, los festejos de sokamuturra tienen tantas variantes como localidades, prácticamente, pero se podría reseñar de una forma un tanto general que se celebran tanto con toros como con vacas, e incluso hay sitios que se sueltan becerrillas para los chavales más jóvenes, y que las astas de las reses suelen ir enfundadas; que la forma más común de amarrar a la res no es a las astas, sino enganchando la soga a un collar que se ciñe alrededor del cuello; que la soga puede ir libre, sujeta por los mozos o dejarla anclada a un muro, de forma que es la propia longitud de la cuerda la que delimita la zona por la que se puede mover la res; por último, que se eligen para correr las sokamuturras lugares de lo más variado: calles en línea, entramados de vías urbanas, plazas públicas o, incluso, en playas.
Resulta difícil destacar una población entre todas las del País Vasco, pero se puede decir que Azpeitia es uno de los lugares donde hay mayor afición por las sokamuturras.
Sokamuturras de Azpeitia
Azpeitia (2009). Foto: José Manuel Jiménez. Fuente: www.sokamuturrak.com/
Según datos ofrecidos por Imanol Elías Odriozola, la noticia más antigua que se ha encontrado en el Archivo Municipal de Azpeitia respecto a toros data de 1518. A partir de ahí existen varios documentos del s. XVI que acreditan la gran afición de los azpeitiarras por correr toros. Pero una decisión tomada en 1567 por las autoridades del pueblo indica que hubo un cambio especial que modificaría el modo de jugar con el toro en Azpeitia. El 14 de octubre de 1567 se reunió la corporación municipal para organizar el programa de festejos por el nacimiento de Catalina Micaela de Austria, hija de Felipe II: actos religiosos, danzas, fuegos artificiales y... decidieron dar esta orden: “Que Juan de Ondarra y Pedro de Altuna, carniceros de la Villa, traigan a cada buey o toro, que con sus sogas corran las calles, pagando a cada ducado”.
Es el primer dato con el que cuenta Azpeitia para acreditar la antigüedad (documentada) de la práctica de correr toros con soga en la localidad.
Desde entonces, la historia de los toros ensogados en Azpeitia es larga y está repleta de todo tipo de acontecimientos. Hoy en día, las sokamuturras se corren en Azpeitia con motivo de un buen número de fiestas: San Sebastián, Carnavales, San Ignacio... La gente del pueblo sale a la calle y se crea un ambiente formidable. En ese aspecto, destaca por su curiosidad la jornada del Domingo de Carnaval. Los azpeitiarras celebran ese día el “Txikito Elegante”, y salen a la calle con trajes y vestidos de principios del s. XX o, cuando menos, con traje y corbata ellos y con distinguidos vestidos ellas. Y así acuden a las sokamuturras que se corren ese día, resultando pintoresco ver a los mozos corriendo y recortando con traje y corbata.
Portugal
En Ponte de Lima (Viana do Castelo) se celebran las “vacasdas cordas”, en el que se corre un toro bravo amarrado con dos sogas. Más renombre y fama tienen las “touradas à corda” de distintas localidades de la Isla Terceira (Azores).
Touradas à corda de Isla Terceira (Azores)
Tourada à corda. Foto: “bluesphere”. Fuente: http://www.flickr.com/
El historiador Luis da Silva Ribeiro afirma tener noticias de touradas desde la segunda mitad del siglo XVI, pero no concreta su antigüedad y deja abierta la posibilidad de que su origen sea tanto español como portugués.
En las touradas à corda de Isla Terceira se corren toros que, previamente, son embolados y amarrados por una sola cuerda anudada directamente alrededor del cuello. Durante el desarrollo de festejo, la cuerda es manejada por un grupo de pastores que visten un atuendo tradicional.
Lagun
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NOTA: Quiero agradecer públicamente el gesto de retirar su firma o su logo que han tenido algunos de los fotógrafos citados; y a todos, por supuesto, el hecho de permitirme el uso de sus fotografías para ilustrar este texto.
Por otro lado, también quiero agradecer la información y ayuda prestada por parte de los compañeros de “El Sur A Cuerpo Limpio . es” y a aquellos otros que también me han aportado datos de forma particular.
A todos: ¡¡¡GRACIAS!!!
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