Municipio de la Región de Murcia (España). Está situado en la comarca del Noroeste, a unos 75 kilómetros de su capital.
Los encierros de Calasparra se instauraron a finales del siglo XVI, con motivo de la proclamación de los Santos Mártires San Abdón y San Senén como patronos de la localidad, y se corrían a primeros de septiembre por las calles Mayor y Lavador hasta la Plaza Corredera.
Los encierros calasparreños eran toda una tradición, pero desaparecieron a finales del siglo XIX, por la crisis desatada en aquella época y por la construcción del coso de La Caverina. Afortunadamente, su celebración se recuperó en el año 1999, y en la actualidad los encierros de Calasparra están declarados de Interés Turístico Regional.
HISTORIA
Restos arqueológicos encontrados en las terrazas fluviales de los ríos Segura y Argos permiten asegurar que la presencia humana en el actual término de Calasparra se remonta al Paleolítico Inferior. Del final del Neolítico es cuando se datan las pinturas rupestres de tipo esquemático encontradas en el Abrigo del Pozo. Y ya se puede hablar de auténticos asentamientos en la Edad del Bronce, al haberse recuperado cerámicas y cazuelas metálicas en los yacimientos de El Castillico o el Cerro de la Virgen.
Posteriormente tuvo su desarrolló en Calasparra la cultura íbera, como lo demuestran los poblados localizados en el Cerro de la Virgen, Terratremo o Cabezo de las Juntas, donde se han encontrado puñales, lanzas y falcatas, el más típico armamento íbero, así como fragmentos de cerámica en los que se aprecia una influencia de la cultura griega.
La ocupación cartaginesa del sureste peninsular hacia el año 237 a.C. cortó el comercio griego con los poblados íberos de la región. Posteriormente, tras la victoria de Roma en la II Guerra Púnica, los dominios cartagineses pasaron a poder romano y comenzó la romanización de la comarca de Calasparra. Durante esta época se produjo un significativo aumento de las explotaciones agrícolas en la localidad, y las calzadas que cruzan el término conllevaron un gran desarrollo social.
La agricultura continuó siendo la principal actividad productiva de Calasparra durante los tiempos de la invasión musulmana, en la que la población vivía en pequeñas alquerías. A esa época corresponde la construcción de la Villa Vieja, que debió tener su esplendor a partir del siglo XII y se despobló hacia 1266, año en el que el monarca aragonés Jaime I conquistó el reino de Murcia.
Calasparra quedó situada en la frontera entre los reinos de Castilla y Granada durante los dos últimos siglos de la Reconquista cristina. Por ello, y para garantizar su defensa, Sancho IV de Castilla donó Calasparra en 1289 a la Orden de San Juan del Hospital, que la mantendría bajo su dominio hasta el siglo XIX. La Orden se reservó las mejores riquezas del territorio, sin querer compartirlas con una población que tuvo muy poco margen de autogobierno y, por tanto, un gran lazo de dependencia con dicha institución.
La conquista del reino nazarí de Granada en 1492 supuso el final de las incursiones musulmanas en tierras de Calasparra, el comienzo en ellas de un periodo de desarrollo que se prolongó durante los tres siglos siguientes y la continua llegada de más pobladores a la localidad, atraídos por la fertilidad de su huerta y por las posibilidades de comercio que ofrecía el ser lugar de paso entre Levante y Andalucía.
El siglo XIX se inició en Calasparra con un período de epidemias y malas cosechas, a lo que se vino a sumar el inicio de la Guerra de la Independencia. Tras aquellos sucesos se volvió a vivir un nuevo periodo de expansión y desarrollo por la intensificación, modernización y especialización de la agricultura.
Entre 1836 y 1841 se deshizo el dominio de la Orden de San Juan sobre Calasparra, pero el poder pasó a ser copado por una oligarquía local conformada por los descendientes de unos pocos linajes. Este hecho y la persistente carestía económica llevó a muchos miembros de las clases inferiores a la emigración o al bandolerismo.
Calasparra se recuperaría económicamente en la segunda mitad del siglo XX con la instalación de industrias de transformación, conservas y servicios, a lo que se sumó el turismo como nuevo motor de la economía local.
MONUMENTOS
La iglesia parroquial de San Pedro es uno de los monumentos más importantes de Calasparra. Aunque es de origen medieval, fue edificada por los caballeros de la Orden de San Juan, ha sufrido transformaciones a lo largo del tiempo, siendo la última del siglo XIX. Su fábrica es de mampostería y ladrillo, como suele ocurrir en los edificios barrocos murcianos, y sus paramentos fueron revocados de yeso blanco en la última restauración del inmueble. El edificio se estructura en tres naves y tiene planta de cruz latina. En su interior cuenta con un rico patrimonio mueble compuesto por doce retablos y buenas tallas.
ALREDEDORES
Turismo. El lugar de interés más célebre de la localidad murciana de Calasparra es el Santuario de Nuestra Señora de la Esperanza. Un precioso paraje a orillas del río Segura, cuyas aguas fueron excavando a lo largo de los siglos una gruta que se ha cerrado lateralmente para que pudiera convertirse en Ermita de la Virgen.
Además de ser un sitio de oración, el paraje está declarado Lugar de Interés Geológico, y modernamente se le han añadido zonas de ocio, esparcimiento y turismo.
Naturaleza.
La Comarca del Noroeste es una tierra de fuertes contrastes por ser una zona topográfica de transición entre las áreas de montaña y la huerta murciana, con cotas que van desde los 2027 a los 300 metros, lo que resulta propicio para que el agua configure bellos paisajes.
Entre todos ellos, cabe señalar el Cañón de los Almadenes, un paraje de una belleza singular que nos ofrece un rica diversidad en cuanto a flora y fauna, la posibilidad de realizar senderismo y que, además, acoge un importante yacimiento arqueológico.
LA FERIA DE CALASPARRA
La Feria de Calasparra se celebra en los primeros días de septiembre, y en ella se enmarcan festivales de flamenco y folclore, la romería al Santuario de Nuestra Señora de la Esperanza, la Feria Taurina del Arroz y, como mención especial para esta bitácora, los recuperados encierros de la localidad.
La afición taurina de Calasparra se acredita por la seriedad de su feria de novilladas. Su afición por los encierros, con la decisión de correr los mismos serios novillos que se lidian por la tarde y con la determinación de que esta tradición es consustancial a Calasparra y toda su comarca. De ahí su declaración de Interés Turístico Regional.
En el presente 2011 se correrán en sus encierros las reses de las siguientes ganaderías:
Hermanos Martínez Pedrés. Sábado, 3 de septiembre.
Guadalest. Domingo, 4 de septiembre.
Julio de la Puerta. Lunes, 5 de septiembre.
Guardiola Fantoni. Martes, 6 de septiembre.
Cebada Gago. Miércoles, 7 de septiembre.
El Cubo. Jueves, 8 de septiembre.
Lagun
NOTA: Con mi bitácora no tengo fines lucrativos, por lo que solicito a los propietarios de los derechos de autor de las imágenes publicadas que me permitan mantenerlas en esta entrada.