Imagen del encierro de Brihuega del año 2008. Fuente: "Bombe".
Naufragando por internet la pasada semana, recalé en la edición digital de “La Tribuna de Guadalajara” y allí me encontré con un grato titular:
“Brihuega controlará coches y caballos en el encierro por el campo”
Y, como me preocupa la desnaturalización que están sufriendo los encierros alcarreños por culpa de los coches, me leí la totalidad del texto de la noticia que venía encabezada con dicho titular.
En ella, la redactora de “La Tribuna” –Cristina García- nos daba cuenta de una reciente reunión mantenida entre representantes del Ayto. de Brihuega, altos mandos de la Guardia Civil, el jefe de la Cruz Roja local y el responsable de la Agrupación de Protección Civil briocense con el objetivo de estudiar la adopción de medidas generales para tratar de preservar la seguridad en el encierro por el campo que se celebrará el próximo día 16 de agosto en dicha localidad y, de una manera más concreta, medidas especiales encaminadas a garantizar el cumplimiento en dicho festejo de lo prevenido legislativamente en materia de circulación de vehículos por el campo.
Ruego que me perdonen los conocedores de la horrible tendencia que en los últimos años se está produciendo con la participación de coches, motos y quads en los encierros por el campo alcarreño, pero debo pensar en quienes la desconocen y, a modo de antecedente, comentar que estamos siendo testigos de una progresiva presencia de vehículos que, no es que busquen obtener una buena visión del desarrollo del festejo desde lugares privilegiados a los que pueden acceder rápidamente gracias a su movilidad, sino que se dedican a participar de forma activa en el encierro persiguiendo a corta distancia a los toros, llegan a acosarlos e, incluso, a rodearlos cuando se desfondan, de forma que se desnaturaliza el encierro y se ofrece una imagen totalmente opuesta a la bellísima estampa que componen en el campo el toro, el caballo, su jinete y, en todo caso, el hombre a pie.
Esa masiva y abusiva participación de vehículos a motor en los encierros por el campo resulta ser generalizada en los pueblos de La Alcarria -salvo escasas y honrosas excepciones- y, como resulta lógico, también se hace patente en el encierro más importante de cuantos se celebran en la comarca, que es, precisamente, el de Brihuega.
La actitud que vienen adoptando en los encierros los usuarios habituales de los coches resulta, además de antinatural, muy peligrosa para el futuro de los encierros por el campo. Y, como solemos comentar los corredores, llegará el día en el que se produzca algún trágico accidente en un encierro con repercusión mediática y, entonces, tendremos que lamentar resoluciones tajantes por parte de la clase política.
Por ello, si en los dos últimos años ya se venía observando que la Guardia Civil ejercía un mayor control en algunos pueblos, a mí, personalmente, me parece una gran idea que sea en Brihuega donde se de ejemplo y se trate de poner coto a esa anómala forma de entender la filosofía de un encierro por el campo.
El teniente alcalde de Brihuega, Abelardo Mazo, en declaraciones textuales a la redactora de “La Tribuna de Guadalajara”, concretó los parámetros en los que el Ayuntamiento pretende que discurra el encierro:
“No vamos a prohibir correr los toros porque eso es base de la fiesta, aunque procuraremos que éstos no se sientan agobiados por la masiva presencia de coches o de caballos. Queremos que todos los asistentes puedan ver el encierro sin ningún tipo de problemas pero con los coches alejados”.
Ojalá sea cierto y que las 20.000 personas que, se calculan, vienen asistiendo cada año a presenciar el encierro por el campo de Brihuega puedan disfrutar de un bonito festejo el próximo 16 de agosto.
Y, como no, que cunda el ejemplo. Que no se repitan situaciones como la que un día me tocó sufrir en otro pueblo alcarreño, en el que dos motoristas cometieron la imprudencia –y soy benévolo con ese término- de colocarse en la misma calle de la suelta de la manada y, rodeados de corredores, hicieron toda la salida delante de las reses. Sólo la prudencia de los de a pie, apartándonos al paso de esos dos insensatos –y vuelvo a ser benévolo con el término- evitó que aquel día se produjese una tragedia. Y lo más triste es que, según me comentó un buen amigo natural de dicho pueblo, esa situación se repite año tras año.
Por el bien de los encierros, por el futuro de los encierros, deseo que este verano podamos disfrutar en Brihuega y en toda La Alcarria de unos encierros por el campo sin coches.
NOTA: como ya queda reseñado arriba, la fotografía que encabeza esta entrada me la ha cedido “Bombe”, y la noticia a la que se hace referencia en esta entrada podéis leerla pulsando en el siguiente enlace.
Naufragando por internet la pasada semana, recalé en la edición digital de “La Tribuna de Guadalajara” y allí me encontré con un grato titular:
“Brihuega controlará coches y caballos en el encierro por el campo”
Y, como me preocupa la desnaturalización que están sufriendo los encierros alcarreños por culpa de los coches, me leí la totalidad del texto de la noticia que venía encabezada con dicho titular.
En ella, la redactora de “La Tribuna” –Cristina García- nos daba cuenta de una reciente reunión mantenida entre representantes del Ayto. de Brihuega, altos mandos de la Guardia Civil, el jefe de la Cruz Roja local y el responsable de la Agrupación de Protección Civil briocense con el objetivo de estudiar la adopción de medidas generales para tratar de preservar la seguridad en el encierro por el campo que se celebrará el próximo día 16 de agosto en dicha localidad y, de una manera más concreta, medidas especiales encaminadas a garantizar el cumplimiento en dicho festejo de lo prevenido legislativamente en materia de circulación de vehículos por el campo.
Ruego que me perdonen los conocedores de la horrible tendencia que en los últimos años se está produciendo con la participación de coches, motos y quads en los encierros por el campo alcarreño, pero debo pensar en quienes la desconocen y, a modo de antecedente, comentar que estamos siendo testigos de una progresiva presencia de vehículos que, no es que busquen obtener una buena visión del desarrollo del festejo desde lugares privilegiados a los que pueden acceder rápidamente gracias a su movilidad, sino que se dedican a participar de forma activa en el encierro persiguiendo a corta distancia a los toros, llegan a acosarlos e, incluso, a rodearlos cuando se desfondan, de forma que se desnaturaliza el encierro y se ofrece una imagen totalmente opuesta a la bellísima estampa que componen en el campo el toro, el caballo, su jinete y, en todo caso, el hombre a pie.
Esa masiva y abusiva participación de vehículos a motor en los encierros por el campo resulta ser generalizada en los pueblos de La Alcarria -salvo escasas y honrosas excepciones- y, como resulta lógico, también se hace patente en el encierro más importante de cuantos se celebran en la comarca, que es, precisamente, el de Brihuega.
La actitud que vienen adoptando en los encierros los usuarios habituales de los coches resulta, además de antinatural, muy peligrosa para el futuro de los encierros por el campo. Y, como solemos comentar los corredores, llegará el día en el que se produzca algún trágico accidente en un encierro con repercusión mediática y, entonces, tendremos que lamentar resoluciones tajantes por parte de la clase política.
Por ello, si en los dos últimos años ya se venía observando que la Guardia Civil ejercía un mayor control en algunos pueblos, a mí, personalmente, me parece una gran idea que sea en Brihuega donde se de ejemplo y se trate de poner coto a esa anómala forma de entender la filosofía de un encierro por el campo.
El teniente alcalde de Brihuega, Abelardo Mazo, en declaraciones textuales a la redactora de “La Tribuna de Guadalajara”, concretó los parámetros en los que el Ayuntamiento pretende que discurra el encierro:
“No vamos a prohibir correr los toros porque eso es base de la fiesta, aunque procuraremos que éstos no se sientan agobiados por la masiva presencia de coches o de caballos. Queremos que todos los asistentes puedan ver el encierro sin ningún tipo de problemas pero con los coches alejados”.
Ojalá sea cierto y que las 20.000 personas que, se calculan, vienen asistiendo cada año a presenciar el encierro por el campo de Brihuega puedan disfrutar de un bonito festejo el próximo 16 de agosto.
Y, como no, que cunda el ejemplo. Que no se repitan situaciones como la que un día me tocó sufrir en otro pueblo alcarreño, en el que dos motoristas cometieron la imprudencia –y soy benévolo con ese término- de colocarse en la misma calle de la suelta de la manada y, rodeados de corredores, hicieron toda la salida delante de las reses. Sólo la prudencia de los de a pie, apartándonos al paso de esos dos insensatos –y vuelvo a ser benévolo con el término- evitó que aquel día se produjese una tragedia. Y lo más triste es que, según me comentó un buen amigo natural de dicho pueblo, esa situación se repite año tras año.
Por el bien de los encierros, por el futuro de los encierros, deseo que este verano podamos disfrutar en Brihuega y en toda La Alcarria de unos encierros por el campo sin coches.
NOTA: como ya queda reseñado arriba, la fotografía que encabeza esta entrada me la ha cedido “Bombe”, y la noticia a la que se hace referencia en esta entrada podéis leerla pulsando en el siguiente enlace.
9 comentarios:
Buenísima la entrada amigo Lagun. Ojalá hubiera más gente que pensara como tú y entendiese que la esencia de los encierros por el campo es la participación de caballos y gente a pié. El problema que tenemos en la Alcarria es la falta de afición, ya que la mayoría de los vehículos que dan por saco lo hacen por hacerse notar. Si no se tiene valor a enfrentarse al toro de tú a tú, que no participen molestando a los demás. Lo bonito de un encierro por el campo es ver a la gente andando, ya sea a 2, 20, 200 o 500 metros.
Para terminar decir que no me quiero ilusionar demasiado con la nueva temporada pero ojalá este año podramos disfrutar de verdaderos encierros por el campo. Salu2!
Javi (Romanones)
Totalmente de acuerdo. No hay nada como disfrutar del campo con el sonido propio de la naturaleza unido al de cencerros de los cabestros, alguna voz de uno de los vaqueros guiando la manada,...
Dejemos motos y coches en casita y disfrutemos de la naturaleza.
Es la primera vez que escribo y quiero felicitarte por tu trabajo que nos está encantando a los amigos del "Sur".
Saludos.
Javi: lo hemos hablado cientos de veces y entre tú y yo hay un acuerdo total respecto a lo que creemos que debieran ser los encierros por el campo, por lo que sólo nos queda desear que sean y se desarrollen como pensamos.
Diosdo: ¡Bienvenido! Recibe un abrazo y hazlo extensible a todos los corredores y aficionados del "Sur". Te adelanto que muy pronto quiero hacer un viaje a tu tierra desde aquí. No sé si será virtual o real, pero visita será al fin y al cabo para conocer un encierro de los del sur de la Península.
Nos vemos, compañero.
Seria una alegria que se diese ejemplo en en el encierro campero por excelencia, pero, y lo digo desde mi excaso conocimiento en los encierros alcarreños, ¿no creeis que esta masiva participacion "motoril" en estos encierros es de los propios alcarreños e incluso consentida por los propios alcarreños?
Lógicamente, hay dos bandos de opinión enfrentados.
El problema es que los ocupantes de los coches no se conforman con verlo desde puntos fijos y se mueven al mismo paso que los toros y, ya de paso, mejor cuánto más cerca; por lo que, más que espectadores, pasan a ser "participantes acorazados".
Muy interesante el tema de esta semana amigo Lagun.
He asistido durante varios años a estos encierros en vehículo y a pié. Son dos conceptos totalmente opuestos. La gente que me invitó a subir con el coche lo hizo en un plan civilizado, es decir, llevan a la abuela y a los niños que se suponen que no pueden disfrutarlo de otra manera y con una estupenda merienda para el camino. No tuve la sensación en ningún momento de que intentaran perseguir como en la película "La Jauría Humana" al toro, que es lo que me pareció que hacían algunos de los coches y motos que también subían. Desde luego la sensación de impunidad de esta gente es lo que les hace ser tan imprudentes porque una de las veces vimos acorralar a un toro entre coches, motos, etc y provocarle hasta enfurecer al animal y a los que estamos cerca. Penoso. No me extraña que los toros se alejen tanto y luego no haya quien los encuentre para la subida de madrugada, que para mi gusto es lo más bonito de este encierro.
Las veces que he ido a pié he disfrutado mucho más, porque puedes seguir el encierro con un sentido más puro y más sensato de lo que tiene que ser este tipo de festejos, además me gusta que me cuenten los que bajan del campo cómo van los toros y que les ha pasado por el camino.
Es otra cosa.
A ver si este año se consigue que la sensatez prevalezca. Mucho ánimo para Abelardo.
Un saludo,
Media Verónica
Quiero decir en relación a esta entrada que tenemos esta semana,que yo particularmente soy mas afín al encierro de calle,pero lo que en ningún momento se me ocurre es interferir en el trascurso del propio encierro por el campo;y menos con vehículos e incordiando a gente que no puede realizar su fin mas preciado que es sentirse con el toro cara a cara;espero que entre todos se consiga que el el encierro campero sea eso un encierro campero y no una concentración de vehículos.Un saludo.
Interesante reflexión!
La verdad es que un encierro en el campo no es lo que es, por tener la presencia de coches y demás vehículos a motor.
La gente anda, corre, se mexcla con los astados en "igualdad" de condiciones.
éso es lo bonito se éstos encierros y corregirme si me equivoco.
Que se acabe de una vez la presencia de éstas máquinas que no hacen más que entorpecer la esencia pura de éstos encierros y festejos que tan dentro de las costumbres llevamos.
Un beso nocturno para mi amigo lagun.
Miren.
Media Verónica, Roberto, Nerim:
Los agobios del trabajo y el fin de semana me han impedido dar a tiempo el acuse de recibo de vuestros comentarios. Pero, como todos los santos tienen su octava, aquí va:
Gracias por vuestras intervenciones y esperemos que este verano cambie la tendencia y se vaya recuperando la naturalidad en los encierros por el campo.
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